sábado, febrero 26

Soledad

En palabras simples, en frases simples, ME ABURRÍ. No tiene caso ocultar las cosas, decirlas por debajo por temor a admitir esas verdades que duelen, esas mismas que yo sé y que son las causantes de todo esto, debería escribir esto en un diario, en un papel... para luego quemarlo y que nadie se enterara pero resultaría inútil, porque la gracia es que alguien sepa lo que me pasa, la gracia es que me escuchen. Me agrada estar solo, pero a veces es necesario tener una personita al lado que escuche tus cosas.

La culpa es mía.

Yo soy el culpable de mi soledad.

Yo fui quien dejó botados a sus amigos.

Yo fui quien puso cercos para que no se acercaran.

Yo fui el que no tuvo iniciativa para juntarse con ellos.

Yo fui el que dije "cambiaré" y nunca lo hizo

Yo soy el estúpido que desconfía de las mujeres

Yo soy el que desconfía de los seres humanos

Yo soy el que confía solo en los perros

Yo soy el que se culpa de todas estas sensaciones

It's my fault! It's my fault!

Yo soy aquel que pensó que cierta mujer era su otra mitad

y la dejó andar sola por el camino de las piedras. ¡Estúpido!

Yo soy aquel que construyó la personalidad de esa otra mitad

y soy el mismo que reconoce que de aquella, ya nada queda.

Yo fui quien te abandoné, tuviste que reemplazarme,

sola tuviste que reconstruirte, callaste todo lo que pasaste,

aquella confianza que nos hacía ser hermanos se fue diluyendo,

aquel cariño y cercanía se fue alejando,

si antes hablábamos hasta de las piedras de las calles,

hoy ya no hablamos ni de nuestras vidas, somos dos tablas de madera en mundos apartes.

Tú no sabes de mí, yo no sé de ti,

tú vives en tu mundo, yo sobrevivo con las migajas que quedan.

Porque aquel día en que me dijiste

"no puedo atender tu problema"

Mi mundo entero se derrumbó, mi corazón se detuvo,

Eras la única en quien confiaba, creo que eres la única mujer a la que he amado,

aún cuando nunca tuve intenciones de salir contigo o pololear contigo,

eras quien paraba mis lágrimas, quien me afirmaba cuando caía,

eras quien me hacía sentir importante, eras quien me hacía sentir vivo.

No sé qué cresta eras, pero mi amiga no eras,

para mí eras una hermana, una persona no-humana, un ángel. I don't know..

Desde ese día que he buscado cambiar,

no decepcionar a más amigos, intentar dar todo porque ellos estén bien,

procurar ser cuidadoso con mis palabras para no herirlos,

procurar ser atento con sus problemas para que sepan que alguien, en alguna parte,

sí se preocupa de ellos, tal como me encantaba sentir que tú te preocupabas por mí.

¡Tanto tiempo tuvo que pasar para que me diera cuenta!

Tú no aprendiste de mí, fui yo quien aprendió de ti,

porque esa manera de sonreír pese a todo solamente es algo tuyo,

yo jamás sonreía a estos problemas, de no haberte conocido...

quizás en estos momentos estaría llorando o maldiciendo al mundo,

pero ¡NO! estoy tranquilo, sé lo que estoy diciendo, estoy consciente,

ES MI VERDAD.

Te extraño, cómo quisiera tener una amiga como tú ahora,

una amiga humana, una persona que con dulzura y con ternura me dijera

que me preocupo demasiado, que hay cosas peores,

que me diga todas las cosas que yo ya sé y que le digo a los demás...

Nunca leerás esto, yo ya no soy parte de tu vida,

no quiero que lo leas tampoco, es un arma de doble filo,

pero me conformo con escribirlo y que alguien lo lea,

alguien tiene que saber que, durante estos dos años de mierda,

lo único que realmente he extrañado es tu amistad.

El resto son patrañas, pueden hablar lo que quieran de mi Dios,

las cosas me resbalan, mi fe no la quebranta una tropa de ateos.

¿Que mi curso era malo? Es aguantable, son personas,

nadie es perfecto, yo no debí esperar tanto de ellos.

Y toda esa identidad de mierda que formé,

esa sensación de "soy el rey del mundo y me la puedo con todo",

habían cosas buenas de ese hombre que formé en la soledad,

porque tuve que levantarme solo después de esas palabras que me dijiste.

¡TUVE QUE DEJAR DE DEPENDER DE TI!

Dejé de necesitarte, dejé de buscarte, dejé de pensar en ti,

porque me habías fallado y mi orgullo es grande,

yo no doy segundas oportunidades,

pero hasta eso es ridículo, ¿por qué no te he perdonado?

Tú ni siquiera recuerdas lo que hiciste, para ti fue algo hecho por inercia.

¿Cómo es que me ha dañado tanto un acto de inercia?

¿Cómo es que solo una persona fue capaz de quebrarme entero y dejarme en el suelo con unas simples palabras?

Al no tenerte a mi lado, al no tenerte como mi confidente, mi mano derecha,

al no tenerte para que escucharas mis problemas,

decidí que no necesitaría de ti (y de nadie).

Los problemas los resuelvo yo, y si es mucho le dejo las cosas al de arriba, decidí.

Me quise hacer fuerte, me hice fuerte,

me convertí en un héroe para muchos,

cumplí mis sueños, hice lo que siempre quise hacer,

ayudé a los demás como nunca antes lo había hecho,

hice que los niños creyeran en sí mismos y en sus sueños,

escribí cuentos denunciando las cosas que no vemos por tener vendas en los ojos,

estudié como enajenado bajo la premisa de terminar el trabajo y decir

"He hecho todo lo que he querido y he tenido que hacer, no tengo de qué arrepentirme".

¡HICE LAS COSAS BIEN POR LA MIERDA!

Pero eso no cuenta... no vale absolutamente nada

si todo eso lo hice por despecho, por orgullo,

si todo eso lo hice porque quería ser el mejor,

no depender de nadie, no necesitar de nadie.


Las cosas no son como parecen,

todos dicen que soy una buena persona,

pero yo siento que podría ser mucho mejor

si en vez de estar frente a un computador,

me dedicara a compartir con aquellos que me rodean.



Tuve que caerme fuerte para poder decir todo esto,

me duele admitir todas estas cosas, no crean que es fácil,

pero es un mal necesario, hay que liberar toda esta bomba,

dado que no estás prestándome tu oído para escuchar mis aflicciones,

y hace años que añoro poder tener una amistad tan linda y sincera como la tuya,

desearía poder confiar en la gente de nuevo,

desearía poder confiar en las mujeres de nuevo,

desearía poder confiar de nuevo en mi criterio,

para empezar de cero.



Esos son mis deseos para este año, ¿pido mucho?

domingo, febrero 20

Soy un niño, después de todo

Tiene que venir una sacudida fuerte para que nos demos cuenta de nuestros errores, tiene que venir alguien -de afuera- para que recién podamos comprender nuestras emociones y nuestros sentimientos. ¿Es que acaso fui tan ciego? Jamás voy a lograr una autarquía emocional completa porque es ilógica, es ridícula y es autodestructiva.

A lo largo de estos dieciocho años y muchos meses, que no aparentan en lo absoluto la madurez mental y la madurez que tengo en la capacidad de entablar relaciones con otros (y otras), he pasado por muchas definiciones de períodos marcados por crisis sentimentales, emocionales y lo que sea que puede ocasionar una crisis. Pero nunca me había llegado a comprender tanto como hasta ahora, hasta hoy. ¡Vaya que estaba equivocado!

Me explico y lo resumo para que -aquellos valientes que se den el tiempo de leer- lo disfruten mejor. Durante mi infancia, crecí siendo un niño tranquilo, nunca me gustó la violencia, en vez de agarrar monos de acción e imaginar cruentas guerras me dediqué a hacer ciudades y jugar con micros de plástico, automóviles y un par de "monos" que me servían para explorar lo que conocemos como imaginación. En estas ciudades creaba calles con nombres de mis seres queridos y de mis amigos, con unos palitos de yenga (unos palos raros de colores, busquen en internet si no entienden) hacía edificios que luego "¡oh!" repentinamente eran destruidos sin contemplaciones. Los monos, que no eran más que un Mickey y un Donald de tamaño medio con los que jugaba, fueron jugadores de fútbol, boxeadores, tenistas, planeadores, guerreros, comandos espaciales y quizás qué otra cosa más que no recuerdo.

Mis monitos animados favoritos o que me tocaron fueron pocos, entre los que destaco a Pokemon y a Hey Arnold!. En esta entrada me referiré más al primero porque -hasta el día de hoy- me sigue enseñando un montón de cosas sobre mí mismo y sobre los demás. Pokemon fue la serie que me marcó desde los 9 años hasta -más menos- los doce o trece, no recuerdo bien. En ese momento, si alguien me hubiese preguntado ¿qué es lo que le veía a la trama? La verdad es que no sé qué hubiera contestado, me agradaba mucho, había capítulos donde lograba emocionarme -cosa que sigue pasando y que no me pasa con nada más xD, personajes con los cuales me identificaba y blablabla...pero no tenía idea de los motivos (y no pensaba en cuestionármelos tampoco).

A medida que fui creciendo, los juegos con mis monos fueron cambiando -no así las guerras que hacía en Paint con grandes ciudades destruidas por ataques de misiles o piedras gigantes- y mi tiempo libre fue absorbido por uno de los mejores videojuegos de Pokemon (creo que es el mejor juego que he jugado en toda mi vida): Pokemon Stadium 1 y 2. ¡Qué manera de tener desafíos! Tantas batallas por ganar, tantos oponentes por vencer, tantas estrategias que pensar, tantas consideraciones y variables que tomar en cuenta, ¡ES LA RAJA! Muchas de las cosas maduras que tengo en mi vida las aprendí ahí -y por mis papás- porque en ese juego TIENES QUE PENSAR EN LA BATALLA SIGUIENTE, no te basta con lo inmediato, si quieres ser el mejor debes preveer todos los escenarios posibles y combinar tus estrategias para lograr tu objetivo. ¡Aún recuerdo que me sentí un atleta ganando una vuelta en las Olimpiadas cuando logré terminar una de las copas en el nivel máximo! Sigo luchando las copas hasta hoy en día y todavía me cuestan algunas batallas, tengo que acordarme de estrategias pasadas, combinaciones de movimientos, tácticas con el orden de los Pokemons... en el fondo, tengo que pensar otra vez.

En mis videojuegos yo mismo criaba y entrenaba a mis Pokemons para esas copas, les ponía las técnicas que me servirían para vencer las batallas de alto nivel que el juego me presentaba y, cuando ganaba, me sentía orgulloso porque todo ese trabajo y esa dedicación había dado frutos: ¡victoria al fin!

El gusto por los videojuegos decayó cuando me robaron los cartuchos en unas vacaciones, la serie se fue degenerando después de que sacaran a Misty (mi personaje favorito y me atrevería a decir que quizás es lo más cercano que he vivido al concepto de amor platónico xD) y blah... nunca más salió un videojuego como Pokemon Stadium para las consolas siguientes, lo cual fue frustrante porque ya no tenía motivos para criar y entrenar Pokemons... ¬¬ (pero fue bueno para la billetera de mis papás, dejaron de interesarme esos videojuegos de Pokemon)

Al no tener esa diversión de antes, tenía que re-orientar mis gustos por razones obvias. Volví a jugar con mis monitos -sí, está leyendo bien, a los quince y dieciséis años seguía jugando con mis monitos a los partidos de fútbol, los partidos de tenis, las ciudades destruidas por Donaldzilla y Mickeyzilla y blablabla- y después de un fracaso amoroso que no quiero abordar me enfoqué más en un tema que estaba en boga en ese momento: los medios de transporte.

Toda esa avalancha de información que había logrado procesar en Pokemon -ocasionando que mi memoria fuese la raja y pudiera estudiar concentrado recordando materias de años y años anteriores- fue reemplazada por la del Transantiago. ¿Qué cresta fue lo que pasó?
Las estructuras se mantienen, los nombres se reemplazan. En vez de tener que recordar los tipos de Pokemons, los ataques de los Pokemons, las ubicaciones de los Pokemons, las debilidades de los Pokemons, las potencialidades de los Pokemons, el cómo sacarle provecho a cada Pokemon, el cómo sacarle provecho a cada habilidad de los Pokemons... esto fue 'reemplazado' por los tipos de recorridos, las rutas de los recorridos, las combinaciones de los recorridos, cómo sacarle provecho al Transantiago, cómo diferenciar una micro de otra, cómo saber cuándo un bus está BIEN (o sea, casi nunca) y cuando NO... por eso me fue fácil, las estructuras ya estaban en mi mente. (Ahora, si ustedes creen que me he olvidado en todos estos casi cinco años de los Pokemons se equivocan, los juego muy poco pero me sé todo tal como antes, nada se me olvidó y puedo ganar batallas en nivel máximo arreglando buses de papel).

La imaginación mía siempre fue extensa, por lo que rápidamente tenía que crear algo con el Transantiago para satisfacer mi alma de niño. Por eso hice mis buses de papel, partí haciendo dos imitando los modelos que más me gustaban, luego fui haciendo más, les hice modificaciones (recorridos, mejoramiento de las puertas, mejoramiento de los detalles, mejoramiento de las caras delantera/trasera, auspicios, propagandas, materiales más resistentes, polarizados hechos con lápiz pasta, blablabla) y estos buses fueron mis bebés. Podría decirse que fueron mis Pokemons entrenándose. A medida que pasaba el tiempo les iba echando una revisión, les cambiaba lo que creía que estaba malo, los chocaba a veces -ese afán destructivo o manitos de hacha de los niños!- pero nunca me preocupaba porque tenía algo muy claro: yo mismo podía arreglar cuánto tortazo se dieran mis buses y... las cosas que le pasaran a mis buses sólo me afectarían a mí pues son una curiosa e inédita extensión de mi mundo imaginativo in the real world. Nadie más sabría qué cresta significan las patentes, ni qué evoca cada bus... porque a nadie le interesa y porque eso es parte de mi propia historia. Pero ¡hey! Pobre del que me los tocara o me los perdiera... no son simples buses de papel lo que hay ahí, es MI MUNDO, mi imaginación.

Papel | Paper

Las cosas han cambiado un poco durante este verano. Ya el tema del transporte me aburrió, más que nada porque sé que aunque sea un experto y tenga un par de recetas para mejorar la cosa, sé que nadie me va a pescar -y con nadie me refiero a alguien que tenga peso político- y mis ideas quedarán como un: si me hubieran hecho caso, si yo tuviese pituto, si los imbéciles buscaran a la gente que ama lo que hace y no a quienes cumplen horarios... además que hay un par de hechos que marcan un antes y un después (no daré detalles, no lo creo necesario), lo que me reafirma el querer dejar todo esto.

La historia es cíclica. Durante todo este verano me la he pasado viendo capítulos de Pokemon, ya sean los antiguos que tanto amé como los nuevos que no están tan malos después de todo. Lo curioso es que todo partió porque quería ver un capítulo antiguo donde la Misty se enojaba con el Ash porque se habían perdido (o sea, podía ser cualquier capítulo xD). Al clickear en Google comencé a cachar que habían foros del tema, gente que debatía leseras tan intrascendentes como los romances entre los distintos personajes y me llamó la atención el hecho de que decían que Ash y Misty se querían. Mi papá siempre me había comentado -por debajo- que eso era así pero yo, niño denso e inocente, nunca lo ví de esa manera en mi peak de 9-10-11-12-13 años. Para mí, ellos eran amigos.

Viendo de nuevo la serie, repasándola una y otra vez, ahora se me hace DEMASIADO evidente que esos dos se querían y eran tan tercos que no podían admitirlo. Curiosamente una de mis mayores frustraciones es ser un hombre romántico y nunca haber tenido a alguien para poner en práctica todas esas cosas (en realidad, no es que no se me diera la ocasión, pero mi madurez espiritual/emocional/intelectual es inversamente proporcional a mi capacidad de mostrar afecto y todos sabemos que las mujeres requieren eso para sentirse seguras, en fin). Al meterme más en este "nuevo enfoque" de Pokemon, vi que había gente que escribía ficciones de "que hubiera pasado si..." e inventaban sus historias donde esta pareja en negación se decía lo que sentía, se iban a vivir juntos a la chucha o sé sé yo. En el fondo, proyecciones de lo que les hubiese gustado ver o lo que les hubiese gustado que pasara (o simple capricho personal xD).

Tras meses de leer estas ficciones y comenzar a comprender el porqué la gente las hacía -al principio simplemente los tildé de ociosos y sin vida, pero después entendí que era todo lo contrario, tienen más vida que la cresta- entendí que corresponde a una extensión de su imaginación. Hay ficciones buenas, ficciones malas, ficciones que se nota a leguas que son ficciones y otras que pasarían piola como capítulos de la serie que tanto quise, el punto es que hay de todo. En lo personal, me gustan más las que mantienen la línea editorial y los valores de la serie porque es lo que me hubiese gustado ver. Con tanto tiempo libre -o sea hello! estamos de vacaciones- y una mano que ama escribir, empecé a hacer mis propias historias.

La primera fue una mierda, un desastre, es demasiado cursi -aunque las mujeres se fascinaron- y lo único que realmente me quedó gustando fue relatar las batallas, imaginarme las batallas, intentar ponerme en el lugar de los personajes. ¡ES QUE ES TODO UN DESAFÍO! Normalmente en mis historias o escritos yo uso la primera persona para que el palo que quiera dar o la lección que quiera enseñar quede bien argumentada con hechos de mi propia vida. Pero acá es distinto, estoy tomando los personajes que otra persona hizo para crear una historia tal y como la haría esa otra persona pero... proyectando mis intereses y deseos.

Ya voy en una segunda historia, que es infinitamente mejor que la primera tanto en trama como en la construcción de los personajes, y me agrada más porque me he metido de lleno en los personajes. He visto ya tantos capítulos de Pokemon en este mes y me los he estudiado de tal manera que ya sé -más menos- cómo son los perfiles psicológicos de Ash, Misty, Brock, Pikachu y el que sea. Déjenme decirles que después de estudiarlos así... ME PARECEN MARAVILLOSOS! Recién ahora comprendo porqué me gustaba tanto.

Ash bien podría ser una proyección de lo que me gustaría ser. No es un cerebro brillante, pero tiene un buen corazón y da todo por sus amigos. ¡Cuántas veces yo he pensado que podría hacer más por mis amigos y ser una mejor persona! Y Misty es caso aparte, realmente me encanta ahora que la he entendido al revés y al derecho. Claramente, si existiera, yo diría que es una enojona, celosa e insoportable... y si me propusiera pololeo le diría que no, pero... es tan adorable cuando ves sus razones y comprendes sus comportamientos, me pregunto si existirán mujeres tan valiosas como ella, yo lo dudo porque los personajes de ficción suelen extremar las virtudes y los defectos para hacerlos más claros al espectador pero... ¡es que es lo máximo!

Yo antes me reía de todas las veces en que se enojaba con el Ash y me parecía genial que fuera romántica y femenina con ese carácter tan fuerte que se gasta pero ahora no, disfruto viéndola porque es entretenido y es "apasionante" ver toda esa fuerza contenida en ella, ese mismo rasgo de querer mucho a alguien y no decírselo por no atreverse, de ver primero los problemas antes de pensar que se pueden hacer las cosas a tontas y a locas... en otras palabras, me identifica en muchas cosas, entre ellas, su deseo de ser cómo Ash.

Con el estudio de los personajes y de la serie-en-sí comprendí el porqué me gustaba tanto. Como dije anteriormente, mi deseo era ser como Ash, poder encarnar todas esas virtudes en mi vida y también influenciar positivamente al resto de los mortales que se me cruzara. Pero... yo también tengo partes de Misty y Brock: la madurez de ambos, el ensimismamiento de la primera, la contención del segundo, las frustraciones de ella, el sentido práctico de ambos y, quizás tan importante como eso, Pokemon fue una llave que abrió lo que se llama mi imaginación, una vez que conocí la serie y vi todas esas criaturas mi imaginación se extendió sin límites creando mundos, poderes sobrenaturales, luchas épicas entre tribus galácticas e interdimensionales, modificaciones del mundo actual para beneficio de mis fantasías y en fin... me permitió soñar, crecer en un mundo de fantasía y poder desarrollar hasta el máximo todas mis potencialidades.

Al hacer estas historias y leer fragmentos de "Matando monstruos" de Gerard Jones (se los recomiendo, estoy que me lo compro), entendí que todo ese gusto por los Pokemons y la serie era porque es una de las pocas cosas que me toca, que me emociona, que me saca del estado-indiferente y frío que me caracteriza. De igual manera, al leer más sobre las proyecciones que la gente realiza sobre las historias que consume/lee/ve ... entendí que mis lectores (de estas ficciones que estoy haciendo) deben también sentirse identificados o tocados por algo, debo transmitirles lo mismo que la serie les transmitió y lo mismo que esa serie me transmitió a mí.

Recuerdo muy bien que, al leer una de las mejores ficciones de Pokemon que me ha tocado comprender y estudiar, la primera vez que la leí se me salieron un par de lagrimillas, no por el drama -no había drama alguno xD- ni por una despedida, sino porque Ash hablaba sobre la amistad incondicional que tenía con sus Pokemons... eso no es novedad, pero para mí sí lo era el hecho de que un chileno pudiera interpretar y transmitir la esencia de una serie y un personaje que no fue creado por él, sino que fue creado hace años por otra persona en otro contexto y bajo otras circunstancias, era como si se hubiera puesto en los pantalones de los guionistas, esa conexión me hizo llorar.

Si los guionistas de Pokemon habían logrado impactar tanto a una persona como para hacer que hiciera historias de Pokemon y ésta pudiera reproducir las mismas emociones de la serie en sus historias... es porque realmente todas esas cosas habían tenido un sentido y un significado digno de ser transmitido y proyectado. De ser así, había una esperanza para mis textos también, una esperanza de que esas palabras que dije en tantos cursos de mi colegio tuvieran efecto en los niños, una esperanza de que -cuando sea profesor, si Dios quiere- yo pueda ser un Ash o una Misty o un Brock o alguien importante en la vida de mis alumnos.

¡I love it!

... Los porrazos nos ayudan a entender ...

Un cierto día, una cierta acción hizo que toda esa parafernalia de identidad que había montado se cayera y se destruyera en menos de lo que canta un gallo. Yo venía herido porque había dejado de confiar en las personas, las personas me habían fallado (ver más en Discurso a una Audiencia Imaginaria) y yo ya no quería más con las personas. ¿Cómo podía vivir entonces sin tener que recurrir a las personas? Valiéndome por mí mismo, ya nadie lucharía por mí y -de hecho- a nadie le importaría si yo tenía o no luchas porque para todos "yo soy fuerte, yo me la puedo, yo no necesito de los demás..." (sí, el karma de los maduros)... durante el año pasado logré reafirmar esa identidad basada en lo que yo podía hacer para resolver mis problemas, en lo que yo podía hacer para resolver los problemas de otros, en lo que yo podía hacer para cambiar el mundo. Pero... ¡oh!
Houston tenemos un problema: los humanos no estamos hechos para vivir solos, necesitamos de los demás.

Me sentí vulnerable, me sentí una mierda, me sentí un imbécil... me di cuenta que todo lo que había construido tenía una mala base: el orgullo.

Me sentí genial viendo los episodios de Pokemon, creando historias sobre mis personajes de infancia, reviviendo recuerdos y notando que Ash y Misty son una de las parejas más uuhm... como decirlo, ah sí, adorables que hay... eso, contando los buses de papel y los juegos que hago, se resume en una sola frase: soy un niño

La vida nos da oportunidades nuevas, la vida esta vez fue como una calle donde tropecé y pude levantarme de nuevo, la vida me trató como el niño que soy... soy un niño después de todo, y disfrutaré mi estadía en el mundo de los adultos siendo un niño, pues no quiero ser otra cosa.


miércoles, febrero 16

Las Tentaciones y los Problemas - Predica / Reflexión B

PRIMERA PREDICACIÓN: LAS TENTACIONES Y LOS PROBLEMAS

Las Tentaciones y Los Problemas


Todos tenemos problemas en nuestras vidas, pueden ser problemas de pareja, problemas económicos, malas notas, insatisfacción con uno mismo, baja autoestima, melancolía, problemas físicos, dolencias graves, familiares enfermos, malas relaciones, en fin, pueden ser muchos. Y de alguna manera todos nos tratan de influir para que perdamos el gozo que nos da Cristo, para dejar de poner los ojos en Dios y ponerlos fijos en nuestros problemas, para hacer que el problema se nos meta en la cabeza y pensemos que no tiene una solución posible.


En 2 Reyes 19:19 sale “Sálvame, te ruego, de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo tú, Señor, eres Dios”.


Siempre tendremos pruebas, tendremos problemas, tendremos dificultades, a veces saldrán desde los flancos que menos pensamos y nos tocarán en un punto que asumíamos como fuerte pero que, en realidad, era débil. Nos intentarán arrebatar la calma, hacer que florezcan en nosotros sentimientos de rabia e impotencia, de pena y tribulación, de angustia y amargura, pero tranquilos, que para Dios todo es posible y todo tiene su tiempo.


Pero, aparte de problemas, tendremos tentaciones, porque hay alguien que desea vernos caer y aquel es Satanás. No desconoceremos que es astuto y sabe cómo lidiar con nosotros, pero también sabemos que no tenemos que temer porque estamos con Dios y Él nos da la victoria. La propia Palabra de Dios nos enseña las tentaciones que Satanás nos puede poner, y es Jesús quien nos enseña cómo podemos doblarle la mano al diablo y hacer que huya de nosotros.


Para eso, leeremos Lucas 4:1-13


Primera Tentación: El Hambre

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra de Dios.

El desierto es un lugar asolado, solitario, y Jesús no había comido desde ya hace 40 días, por lo que naturalmente sentía hambre. Jesús pudo convertir esa piedra en pan, pero no quiso darle en el gusto a Satanás, porque tenía algo que decirnos.


El hambre representa a aquellas necesidades que tenemos los seres humanos, llámese el alimento, las vestimentas, un trabajo, una casa, y nos quiere decir que debemos vivir para Dios y preocuparnos más de Él que de estas cosas, porque nosotros viviremos de la Palabra de Dios. Naturalmente nos preocuparemos por estas cosas, pero no dejaremos que la importancia que le demos opaque nuestro amor por Dios, a fin de cuentas, Él nos proveerá.


De hecho, en Mateo 6,25-34, Jesús nos habla sobre este tema en “El afán y la ansiedad”

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

No os afanéis, pues, diciendo: ¿qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.


Todas las cosas de este mundo, cuando sentimos que nos alejan de Dios ya sea porque nos absorben demasiado tiempo o están en contra de los propósitos de Dios, nos pueden hacer caer en esta tentación, pues no sólo se refiere a las necesidades básicas sino también a cosas que hacemos y que, por alguna razón mencionada, nos hacen alejarnos de Dios.


Segunda Tentación: Hambre de Poder

Le llevó el diablo a un monte alto, le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.


Una vez que vemos satisfechas nuestras necesidades básicas, Satanás nos puede probar metiendo en nosotros deseos de ambiciones que van contra los propósitos de Dios, estos deseos pueden ser de poder, de reconocimiento por parte de los demás, y no es que el poder sea malo, sino que el poder es malo cuando no lo usas de forma correcta y cuando lo quieres para beneficio tuyo y de nadie más.


Este mundo, como bien dice el pasaje, pertenece a Satanás. Él le mostró todos los reinos de la tierra, pero como sabemos que es mentiroso y astuto, asumiremos que solamente le mostró las cosas relativamente buenas de estos reinos, es decir, el poder que estos tenían y las grandes obras que habían dejado a la Humanidad. Y le dice, a ti te daré toda esta potestad y la gloria de ellos… es decir, le estaba ofreciendo la autoridad del mundo completo, pero para conseguirlo, Jesús debía postrarse ante Satanás y reconocer su poder.


En Mateo 6:24 Jesús nos habla de “Dios y las riquezas”

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Cuando hablamos de riquezas, nos referimos a riquezas materiales y humanas, estas pueden ser mucho dinero, mucho poder, fama, entre otras cosas. Y Jesús nos enseña que solamente debemos servir a Dios y no podemos caer en la contradicción de servir al mundo (a la gloria de éste) y a nuestro Señor.


Tercera Tentación: Orgullo

Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden, y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.


Satanás tuvo la soberbia de tentar a Jesús, de partida, y más encima ahora utiliza la propia Palabra de Dios para tentarlo. Muchas veces el ser humano es orgulloso, el ego le hace tomar malas decisiones y hasta se pone rebelde con Dios, no le hace caso, ignora de su existencia, cuestiona su autoridad y su propia existencia (esto lo vemos más en incrédulos).


No debemos tentar a Dios, ni desobedecerle, porque Él es nuestro padre, nos creó, nos amó, nos eligió y debemos agradecerle por todo lo que nos ha dado, no pagarle de mala forma tentándolo y cuestionándolo, ¿no les parece?


¿Cómo venció Jesús estas tentaciones?

Jesús las venció con dos virtudes, nombraré sólo dos porque son las que debemos tener para poder vencer –Jesús tenía más. La primera es la humildad, y ésta significa no sobrevalorarse, es decir, conocer nuestras propias limitaciones y debilidades, y obrar en base a estos conocimientos (eso según la RAE); pero la verdad es que aquella definición queda corta, porque podemos decir que también implica un amor propio a la medida justa, mansedumbre de acción y de corazón, paciente, con respeto por los demás y obediencia. Con la humildad somos capaces de vencer los deseos materialistas y el hambre de poder que, por lo general, domina al ser humano.


Y más importante aún, con esta virtud podemos vencer el orgullo, porque justamente la persona humilde no se enorgullece de sí misma ni de lo que ha hecho, tampoco se eleva a un estado o puesto superior que el resto de las personas, sino que se mantiene en el nivel que le corresponde y obra para beneficio de los demás. Y la segunda, que es una implicancia de la humildad, es el temor de Dios. Esta virtud, más que una virtud, es un don del Espíritu Santo y consiste en temor de ofender a Dios, implica una reverencia y un reconocimiento de su poder, por ende, nos mueve a la obediencia y a obrar de manera justa.


Con el temor de Dios, somos capaces de percibir cuando estamos haciendo algo mal, y también somos capaces de discernir entre el bien y el mal al momento de tomar una decisión, en un pequeño resumen, es quien nos dice que debemos ir por el camino de Dios y no debemos darle el gusto a Satanás diciendo que sí a sus tentaciones ni cayendo en desesperación por los problemas, porque el temor de Dios no es miedo, es amor por Él y saber que Él obra en nuestras vidas y nos tiene presentes siempre, es decir, nos mira y sabe por donde andamos.


Por eso, y volviendo al primer texto bíblico, cuando tengas angustia y sientas que no tienes una salida, o te sientes atribulado, lleno de problemas y tristezas, ora a Dios y créele a Él, porque Él te librará de eso. Si eres tentado por Satanás, mantente firme en tu fe, confía en Dios y recuerda el ejemplo que Jesús te dio, porque Él es nuestro ejemplo y debemos seguir al Cordero de Dios.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...