viernes, septiembre 23

Crónica de una muerte anunciada

Advertencia: Si le aburre o no le interesa el tema, en la columna de la derecha hay más entradas para que se entretenga, aunque yo creo que no se arrepentirá si es que lee.

La gente no tiene idea de los buses en los que se suben, pues para ellos son solamente un instrumento, un medio para llegar de un lugar a otro. Pero para alguien como yo, que no necesariamente ama los buses como podría pensarse, cada máquina es un mundo, una historia y dentro de las mismas se tejen cientos de miles de otras historias anónimas, de conductores, de pasajeros, de empresarios, qué sé yo.

Esta entrada, además de ser una suerte de homenaje, también es un ejercicio de memoria y de historia, pues como bien digo a menudo, cada cosa y cada ser tiene sus anécdotas y tiene su propio mundo. Lo de hoy son de esas cosas que suelen ignorarse, de aquellas que uno suele no tomar en cuenta, son de esas historias ocultas que jamás verán la luz pública y que solo son parte de una comunidad. Quiero compartirla con ustedes, a ver si le dan el valor que le doy yo.

J14c - Transantiago | Comercial Nueva Milenio | Busscar Urbanuss Pluss / XL1980

En febrero de 2010, en uno de mis tantos viajes en busca de nuevas vivencias fui a dar al nuevo terminal Santa Ana de la empresa Comercial Nueva Milenio, quien opera la Zona J. No fue ninguna casualidad el que haya llegado a ese lugar, pues un compañero de pasatiempo me recibía para mostrarme dos buses en especial, dos gigantes de la historia del transporte santiaguino que hoy ya no están y que, para los pasajeros, yacerán en el más profundo olvido.

XL1980 Feria BUCH
Busscar Urbanuss Pluss - Mercedes Benz O500U (XL1980). Material de Busesurbanoschile.cl

Viale Feria 2003 Daniel Munoz
Marcopolo Viale - Mercedes Benz (XN6734). Foto: Daniel Muñoz / Material de Busesurbanoschile.cl

Ambos buses llegaron para la Feria del Transporte del año 2003, cuando los empresarios comenzaban a ver los modelos de buses que llegarían para el sistema Transantiago. Estos dos gigantes montados sobre chasis Mercedes Benz O500U fueron los primeros buses grandes, con piso bajo y acceso a discapacitados que tuvo la ciudad de Santiago en pleno sistema de micros amarillas.

La empresa Los Halcones, la cual operaba entre varios recorridos el servicio 668 Maipú - Américo Vespucio, fue quien compró ambos buses. Es por este motivo que, muchas veces, uno los considera(ba) casi hermanos pese a ser de distintas carrocerías.

XL1980 668 C Celpa
Busscar Urbanuss Pluss en el 668. Foto: Cristián Celpa / Material de Busesurbanoschile.cl

Viale BUCH Emilio Plaza
Marcopolo Viale en el 668. Foto: Emilio Plaza / Material de Busesurbanoschile.cl

Para la época, como bien señalaba, estos buses realmente eran lo máximo. Mientras casi todas las demás empresas tenían los microbuses comunes y corrientes, con piso alto, itinerario manual y uno que otro arreglo por ahí, estos dos buses poseían panel electrónico, tenían piso bajo tal como los buses de ahora, el espacio para discapacitados; asientos cómodos y, en el caso del Marcopolo Viale, este bus venía con los vidrios pegados, casi al estándar europeo (cosa que acá no funcionó por la misma gente de siempre que los destruyó).

Pese a ser, podríamos decir, los precursores de lo que vendría a ser el estándar Transantiago y las exigencias tanto en capacidad como en distribución de espacios que tendrían los buses que ahora circulan por la ciudad; estos buses no tuvieron muy buena suerte que digamos. En el servicio 668 ya sufrieron cierto maltrato, para luego seguir con la tortura en el sistema Transantiago.

XL1980 BUCH R Acevedo
Marcopolo Viale en el 668 pintado de troncal. Foto: Rodrigo Acevedo / Material de Busesurbanoschile.cl

Ambos buses, en el servicio 505 que une a Cerro Navia con Peñalolén, operado por Buses Metropolitana, terminaron por caer en un estado bastante malo. Con la triste ironía de que eran los únicos buses estándar que tenía la empresa en ese entonces. Ya a finales del año 2007, estos dos ejemplares tuvieron que emigrar a Comercial Nueva Milenio, la empresa donde los vi y donde terminaron sus días.

Pintados de color calipso, ambos dieron sus batallas en el J14 y luego en el J01, pero ya no daban para más. Los hermanitos fueron esquivos para mí durante largo tiempo, le pude tomar unas fotografías al Busscar Urbanuss Pluss, no así al Marcopolo Viale que me evitaba, quizás de forma involuntaria. Claro, este último sufrió un amague de incendio y quedó más mal de lo que ya estaba, por lo que sufría pannes constantes y se le veía más en el terminal que en calle cumpliendo en ruta.

En servicio, solamente pude usar al Busscar Urbanuss Pluss, el cual también estaba hecho añicos, especialmente las puertas que sonaban cada vez que el conductor apretaba el acelerador y las ruedas avanzaban por las calles de Pudahuel Sur hacia Metro Pajaritos.

Por eso, verlos en el terminal ese día fue algo importante. El viaje valió la pena, sabía que tarde o temprano los dos gigantes caerían (aunque nunca pensé que fuera tan pronto); quería tener algún recuerdo y, más que eso, conocerlos, ver sus historias, lograr retratarlos y que la gente que no tuvo la suerte de conocerlos pudiera hacerlo a través de mis fotos.

- Busscar Urbanuss Pluss (Febrero 2010)

J14c - Transantiago | Comercial Nueva Milenio | Busscar Urbanuss Pluss / XL1980
J14c - Transantiago | Comercial Nueva Milenio | Busscar Urbanuss Pluss / XL1980
J14c - Transantiago | Comercial Nueva Milenio | Busscar Urbanuss Pluss / XL1980
J14c - Transantiago | Comercial Nueva Milenio | Busscar Urbanuss Pluss / XL1980
J14c - Transantiago | Comercial Nueva Milenio | Busscar Urbanuss Pluss / XL1980

- Marcopolo Viale (Febrero 2010)

J14 - Transantiago | Comercial Nueva Milenio | Marcopolo Viale / XN6734
J14 - Transantiago | Comercial Nueva Milenio | Marcopolo Viale / XN6734
J14 - Transantiago | Comercial Nueva Milenio | Marcopolo Viale / XN6734

Dentro de las cosas rescatables, hay que mencionar la comodidad que suponían estos buses tanto en la época donde ingresaron al transporte público (año 2003) como las ventajas que tenían en relación a los buses que llegaron después de 2005. El hecho de que contaran con asientos acolchados y una distribución de asientos que privilegiara la comodidad de los pasajeros por sobre la lógica de sacar más rentabilidad a costa de tener menos asientos es algo que se valora. 


Lo mismo en el tema de los escalones que están después de la mitad del bus, pues al ser un modelo más ergonómico, ambos hermanitos tenían escalones bajos y era fácil poder subirse, no así en los buses que se trajeron para más adelante, donde los escalones son más altos y se requiere un mayor esfuerzo. En el balance, eran mucho más cómodos que varios de los que circulan (y llegan) actualmente a nuestra ciudad.


Ahora, para bien o para mal, ambos están desarmados, sin siquiera alcanzar a cumplir los 12 años de antigüedad que se le permite tener a los buses urbanos de la ciudad de Santiago, antes de tiempo dijeron adiós y murieron, para el común de los pasajeros fue una muerte sin pena ni gloria, como la de cualquier otro bus; para los que sabíamos su historia era casi la crónica de una muerte anunciada, una verdadera lástima.


De todos modos, no deja de ser llamativo el destino que tuvieron los primeros buses hechos para Transantiago y que toda la modernidad que simbolizaban y les daba sentido no haya sido motivo suficiente para que tuviesen una buena vida útil. Da para pensar, quizás en unos añitos más el resto corra la misma suerte.

Ariel Cruz Pizarro - 24/09/2011

miércoles, septiembre 7

Es hora de comenzar nuevos procesos

Advertencia: Este es un escrito personal, bien puede leerlo o bien puede preferir leer alguno que otro escrito interesante buscando en la columna derecha y moviéndose hacia abajo. En cualquier caso, le agradezco su visita.

La Vida Pasa tan Rápido | The life passes very fast | Ubi Sunt?

Hoy, aprovechando el tiempo libre disponible que tuve, pude mirar para atrás por unos momentos y darme cuenta, sin querer ser soberbio, de lo grande que estoy, de lo que he crecido y de las cosas que he tenido que pasar.

Santiago se me está quedando chico, cada vez son menos los lugares y las partes que me interesaría conocer, y aunque a veces me baja la melancolía por ello, porque toda esta aventura de conocer la ciudad se me está acabando; sé que el mundo es grande y que puedo ir a otras ciudades para poder satisfacer esa hambre de conocer, de fotografiar y de entender.

Todo lo que Dejaste en el Camino | Everything what you left in the Way

Cada día que pasa me siento más adulto, pero con la misma alma de niño. No más viejo como intento aparentar, sino que adulto. Ya no me siento perdido, ya no siento como que estuviera construyendo ese edificio llamado "identidad". Ya soy lo que soy, es cierto que nunca dejaré de crecer ni de aprender, pero ya el edificio ése está construido, está terminado.

Pese a ello, mucha gente fue responsable de que ese edificio pudiera recomponerse de ciertos golpes y pudiera cimentar bien sus bases. Muchas de esas personas ya pasaron por mi vida, dejaron su legado, su huella y se fueron, quizás por un rato, quizás para siempre. Me consuelo con haberlas conocido y que me hayan dedicado parte de su tiempo.

Transantiago | Rápido / Fast

El tiempo pasa volando, por eso me parece que lo mejor que uno puede hacer es aprovecharlo. Ya tuve mi tiempo de soledad, ahora me toca compartir con la gente, disfrutar de la compañía de todas esas personas que me estiman y, por sobre todo, poder compartir con ellos todas esas cosas que he aprendido con el paso de los años. ¿De qué sirve saber y conocer tanto si no se tiene a nadie quien quiera oír?

Ya pasó el tiempo de las soledades, ya pasó el tiempo de los espacios cerrados, ya pasó ese claustro voluntario; ya conozco la ciudad como la palma de mi mano, ya quisieran otros tener en su cabeza las conexiones neuronales que tienen las mías y evocar tantos lugares como estrellas se ven en el firmamento. Ahora me toca compartir, vivir, sonreír y ser feliz con el resto de la gente.


Tengo hambre de muchas cosas, hambre de comida, hambre de lugares, hambre de conocer personas y también hambre de amar. Espero poder canalizar toda esa hambre en hacer lo que tantas veces he querido, en cosas tan simples como poder ver más seguido a mis amigos, poder regalarles parte de mi tiempo, poder hacer que sean aún más cercanos, poder tener amistades que vayan más allá de una mera pantalla y sean de carne y hueso. Tengo hambre de poder pasear con mis amigos y verlos más en la realidad que en una red social.

Tengo hambre de amar como bien dije, que me dé por regalar flores, por empezar a sonrojarme sin poder controlarlo, por recordar el nombre de alguien a cada rato y hacer todas esas estupideces que tanto odio pero que tanto extraño también. Y es que durante cuatro años que no me interesa (locamente) ninguna mujer, es como si mi mente hubiera aniquilado todas mis pretensiones de querer pareja y hubiera hundido todas esas mujeres con las cuales, en algún momento de la vida, se me pasó por la cabeza la frase del "nos veríamos bien juntos, aunque quizás ella más que yo".

Amor en el centro | Love in the downtown

De todos modos, estoy feliz. Vivo mi vida, soy libre (como el viento) y soy feliz tal como soy, en el lugar donde estoy, con las personas con quienes estoy compartiendo y viviendo este momento. Sé que la vida es cíclica y, de la misma forma en que ahora me encuentro casi en las nubes, sé que también puede que después me toque estar abajo de nuevo. Lo que sí sé es que, para cuando llegue ese momento, no quiero estar solo de nuevo, quiero poder contar con alguien, poder tener una manito derecha que me ayude a afirmarme.

En todo caso, ya sea arriba o abajo, poco cambia mi filosofía y forma de vida. El tiempo y los años acá en este planeta me han enseñado que en la vida hay que sonreír, que ante las dificultades hay que luchar, que ante los problemas hay que razonar, decidir y resolverlos antes de que se vuelvan insostenibles; la experiencia me ha hecho entender que no soy dueño de nada, salvo de mis palabras, de mis decisiones y de mis sentimientos; por lo que no tengo razones para andar mirando el pasto del vecino ni envidiarle por ello.


Una gran lucha invisible fue la que se dio en mi interior durante años, hay batallas que marcan nuestras vidas y mi batalla por ser yo mismo es mi lucha de cabecera. Con los años, he aprendido que hay que ser como uno es ante todas las circunstancias, nunca traicionarse a sí mismos ni equivocarse deliberadamente; porque mentirnos a nosotros mismos además de ser bajo, es inútil.

Mis sueños son quimeras, quimeras que puedo realizar con esfuerzo, perseverancia y paciencia. Me conozco, estos años me han servido para aprender sobre mí mismo y poder conocer mis limitaciones, por lo mismo, sé las cosas de las que soy capaz y tengo claro que estoy para cosas grandes, quiero ser el mejor en todo lo que haga, pero no por el título o el reconocimiento, sino para poder dormir tranquilo y saber que he dado todo lo que he tenido que dar.

Atardecer en Punta de Tralca | Sunset in Punta de Tralca

Creo que soy feliz así como estoy, me siento algo maduro aunque creo que me falta mucho por aprender y por vivir, me siento seguro pese a que no me he visto expuesto a tantas luchas como muchas de las personas que me rodean y me siento abierto, abierto no a vivir nuevas experiencias, sino que a comenzar nuevos procesos.

Ya pasó el tiempo del transporte y quizás en otro escrito ahonde más el porqué me siento diferente con respecto al tema, ahora me toca dedicarme a otras cosas, quizás me salga algún pasatiempo nuevo o alguien me ayude a ocupar ese vacío de tiempo que quedó expuesto.

Nuestra Amistad Perdura | Our Friendship Lasts

Soy feliz.

Ariel Cruz

sábado, septiembre 3

¿Por qué a los hombres nos cuesta perdonar una infidelidad?

Estos últimos días me estuve preguntando abiertamente si yo podría ser capaz de perdonar la infidelidad de una eventual pareja, durante las noches me quedé leyendo y buscando testimonios de personas que fueron infieles o sufrieron alguna infidelidad para entender sus causas y las consecuencias, aunque éstas últimas uno las puede sacar por mero sentido común. Dentro de esta búsqueda de material, encontré varias explicaciones que tenían las mujeres para esconder este hecho y uno que otro mito machista que me pareció, por decirlo menos, bastante ridículo.

Más allá de querer dar una respuesta apoyada por estudios científicos o querer establecer una suerte de Biblia para que las mujeres entiendan qué es lo que pasaría por nuestras cabezas en caso de que nos enteráramos de una infidelidad, iré detallando los casos que fui soñando y que me parecieron paradigmáticos, como para entender a grandes rasgos el porqué de ciertas reacciones.

· ¿Qué es lo que uno busca en una mujer?

Hablaré por mí, aunque sé que puede identificar a muchas personas (y esa es la idea). Más allá de las características físicas o ciertos rasgos que a cada cual le atraen, más allá de que si es una mujer tierna o es un pedazo de hielo con curvas y más allá de si nos gustan mujeres seguras o inseguras, pues cada cual tiene sus gustos y sus necesidades. Sí se cumple el que, para establecer una relación formal o estable, uno busque una compañera a la altura.

Con una compañera, por lo menos yo me referiría a alguien con quien pueda compartir mis inquietudes (y que ella comparta las suyas), que me haga sentir escuchado y valorado, junto con que ella también cuente sus cosas y se genere esa complicidad tan hermosa; sumado a ello, una mujer que me entregue su cariño y su amor. El grado de entrega de éstas y otras características de la compañera vienen a ser complementos que le suman atractivo y fuerza a la relación, pero de partida uno quiere eso.

I Would Want

En otras palabras, para que una persona como yo se meta en una relación estable, tiene que confiar en su mujer, tiene que quererla, valorarla e idealmente admirarla. Porque no tendría caso estar con una mujer que no nos inspire también respeto o que sea meramente una cara bonita.

· ¿Qué es lo que ocurre con una infidelidad?

En realidad, también esto puede pasar con otro tipo de discusiones o hechos de pareja, pero la infidelidad viene a ser ya uno de los casos más graves y normalmente tiene consecuencias mortales para la relación de pareja. Para mí, no creo que sea tan complicado el perdonar una infidelidad, pero claramente no volvería a tener una relación de pareja con esa persona y me sería difícil recomponerme después de algo así, claro que no es imposible si uno tiene harto amor propio.

Existen muchos tipos de infidelidades, más que nada porque tienen causas distintas. Podríamos decir que existen infidelidades que se dan porque la pareja está pasando por un mal momento, porque a la mujer le comenzó a atraer otra persona que le brindaba lo que su pareja no, o incluso que ella misma reconozca que su pareja le da lo que necesita pero que por distintos motivos es infiel igual. Causas hay muchas, pero en casi todas se repiten las mismas consecuencias.

A mi parecer, el pilar fundamental de cualquier relación interpersonal, ya sea de trabajo, de amistad o de pareja, es la confianza y la reciprocidad. Saber que la otra persona es sincera, que desea lo mejor para ti y que sepa retribuirte de igual manera (o que, al menos, se esfuerce) lo que tú le das. Pues bien, cuando una persona nos es infiel, esto se derrumba de inmediato.

· Caso 1: Deseo sexual dispar y descuido de la pareja

El primer caso, que es el más "tragable" a mi parecer, es cuando uno de los dos comienza a decaer su deseo sexual por la otra persona. Ya sea el hombre, quien por alguna que otra razón, deja de ser tan mimoso y/o deja de desear (tanto) a su mujer y esto repercuta en su vida; o el caso contrario, en que él la sigue deseando y ella comienza a decaer su deseo sexual por él, descuidándolo.

Normalmente, la 'parte no-deseada' comienza a hacerse múltiples preguntas que llegan a ser frustrantes. Porque claro, lo ideal sería que entre ambos siempre se desearan y pudieran mantener la llama que los une de forma constante y sonante, pero muchas veces se da que eso no ocurre, que por razón del tiempo, de los niños (en caso de que los tengan), de la rutina, de los horarios, o qué sé yo, se van descuidando el uno al otro.

El espiral de frustración de la 'parte no-deseada' puede tener muchas salidas: la primera y más sana sería conversar esta situación con la otra persona para ver si pueden hallarle algún motivo o causa al asunto y puedan resolverlo a la brevedad; otra solución posible es adaptarse al umbral de deseo sexual de la otra parte y dejar de desearle y la última que es más extrema, es buscar en otro lado lo que no se tiene en casa (Por cierto, también hay otras soluciones matices).

Puede ser que sea una vez, o puede que se tenga una relación paralela con el amante. En realidad, mientras más tiempo y más compleja sea la infidelidad, más daño y menores posibilidades de reconstruir existen para uno como hombre. En realidad, poco importa cuántas veces hayan sido, el daño está hecho igual.

El deseo sexual también puede ser reemplazado aquí con otras variables, llámese amor, comprensión, complicidad, el que sea. El punto es que las carencias de la relación se buscan en otra persona.

· Caso 2: Aventuras pasajeras y no tan pasajeras

Otro caso que me llamó la atención fue el de mujeres que se sentían satisfechas con sus parejas pero que, por diferentes motivos o circunstancias, terminaban enredándose con otros hombres, generalmente ex parejas, mejores amigos, personas del trabajo o contactos de fiestas.

En este caso es donde se desarrolla mayor culpabilidad por parte de ellas, porque no saben como cortar ese vínculo y se sienten mal al tenerlo. Algunas con el tiempo terminan acostumbrándose a la doble vida igual, ya sin remordimientos pensando en que la pareja no tiene idea.

· ¿Qué es lo que pasa por nuestras cabezas al enterarnos?

Considerando las situaciones que imaginé y poniéndome en el lugar de mis pares, los hombres, puedo decir que es un cúmulo de sensaciones asqueroso y horrible. Iré detallando en cada plano que es lo que nos puede ocurrir.

Una parte de nosotros intentará comprender el porqué pasó esto, si cometimos errores, si fuimos descuidados con nuestra pareja, ver si pudimos haber hecho mejor las cosas en el pasado y evaluar también si realmente es tan grave la crisis de pareja que se vive como para considerar volver con la otra persona. En el caso 2, esta parte estaría completamente anulada al no haber motivos de peso, así que chiquillas, olvídense.

Otra parte de nosotros se quebrará. Cuando uno elige a una mujer, la eliges porque la quieres, porque confías en ella y porque te brinda seguridad y/o estabilidad. Una vez que alguien te es infiel, ¿cómo puedes confiar ciegamente en esa persona? Ni siquiera está el cuestionamiento válido de que lo vuelva a hacer, sino que ya no se puede confiar, ya no se le puede mirar con los mismos ojos.

Un agravante es que la mujer lo niegue. Es cierto que es difícil que un hombre perdone una situación así porque somos más racionales, sabemos que ya no será lo mismo y entre tener una relación de pareja con dos frustrándose y empezar algo desde cero con otra persona, creo que no hay por donde perderse. Si la mujer lo confiesa a la brevedad, puede que el golpe sea más directo y crítico, pero uno valora mucho más la honestidad y la sinceridad de la mujer y puede ser que uno la perdone. No obstante, si ella lo niega y cree que puede hacernos tontos, créanme, no tiene caso que nos intenten aplacar, hasta podría irse con venganza incluida por ser falta de respeto.

Los sentimientos probablemente seguirán, es decir, el amor que uno siente por una persona no se va a desvanecer de la noche a la mañana y uno probablemente puede perdonar a la otra persona. Pero una cosa es eso, y otra cosa es valorarse, quererse y entender que uno no merece a alguien en quien no puede confiar, que uno no puede besar a la otra persona e imaginarse al otro haciendo de las suyas y que, en la mayoría de los casos, es mejor cortar por lo sano y terminar la relación.

Hay hombres que perdonan infidelidades, que las aguantan y hasta les gustan. Bien por ellos, yo podría perdonar, pero no olvidaría y cortaría de inmediato aquella relación. Porque con mujeres así, ¿para qué uno necesitaría enemigos?

Finalmente, el daño hecho por una infidelidad es terrible, no es solo una cosa de hombría o autoestima, es que nos traicionaron y era esa persona en quien confiábamos y a quien queríamos, con quien nos proyectábamos y sentíamos cierta complicidad.

Lo mejor para los dos - Gonzalo Yáñez

Ariel Cruz Pizarro

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