sábado, junio 15

Cuestionamientos a la luz!

Debo reconocer que me siento afortunado y contento por recibir lo que se me va a venir... y no es que sea masoquista, pero la única manera de corregir y aprender cosas es pasando pruebas. 

Releyéndome, sigo pensando lo mismo respecto de las relaciones de pareja; con una manito en el corazón creo que el real y único pegamento lo suficientemente fuerte y seguro como para poder unir a dos personas es el compartir una intimidad, entendiéndose como un espacio donde ambas personas tienen su lenguaje, comparten su mundo, sus vidas, sus victorias y también sus derrotas, miedos y heridas. 

Es probable que lo mío venga marcado por experiencias de vida, por las cosas que he visto, las que he reflexionado, las que he leído y un sinfín de cosas más que pueden variar mucho entre una persona y otra, cada una tiene una ponderación diferente, pero pienso que la intimidad emocional es más importante que la sexual. 

Yo puedo tener una intimidad emocional rica, y quizás una intimidad sexual algo pobretona, pero dentro de la primera están las herramientas para "arreglar" o "mejorar" la segunda. La primera es la base. No obstante, yo puedo tener una intimidad sexual rica, y una intimidad emocional pobre y ahí... yo lo lamento mucho, pero eso de sentirse solo e incomprendido cuando se está con otra persona, ¡no! Eso no se arregla con más besos ni caricias, a medida que aumentas el grado terminas queriendo más distancia. Entonces, la intimidad emocional es la base de la otra.

El resentimiento puede causar estragos en muchas relaciones, a veces -si no casi siempre- es algo inconsciente, que termina juntándose y juntándose en eso que tan popularmente llaman "bolas de nieve". También las personas arrastran problemáticas derivadas de otras relaciones pasadas, de lo que vivieron con sus familias, de lo que vieron en sus padres. Hay tantos posibles problemas y situaciones que pueden derivarse, que la única manera realmente efectiva que yo veo para resolverlos es tener una buena comunicación, poder decirse las cosas de manera oportuna, con honestidad, abordando los problemas desde la raíz y tratando ante todo de ser respetuoso y amoroso con la otra persona, y también tener ese espacio de intimidad; uno puede intuir muchas cosas, pero cuando quieres intentar comprender y te falta la información, se pueden provocar muchos malentendidos. Lo mejor es que ambos puedan conversar no sólo de trivialidades y las cosas cotidianas, si no también de sus miedos, de sus heridas, de las cosas que más temen o les lastiman.

De lo anterior me brota la gran pregunta de: ¿qué pasa si la otra persona es (inserte aquí una característica patológica)? En realidad, yo no sé cómo la gente elige sus parejas, pero al menos yo que siempre pienso en si realmente puede haber una compatibilidad de las personalidades, de los gustos, de los valores, de los mundos antes siquiera de dar un meditado y lento paso; asumiendo que la gente elige bien sus parejas y tiene una idea clara de las cosas que quiere en una relación, puede que piense esto porque es mi primera ocasión pero ¿por qué no apostar y arriesgarse a que te conozcan como eres?, ¿por qué negarse a mostrar las cosas que nos duelen, que nos molestan, que nos aterran, que hacen que nos sintamos mal?, ¿por qué jugar a las máscaras? ¿de qué sirve la desnudez del cuerpo si no se desnuda el alma? ¿de qué sirven los "te amos" entre extraños?

¿De qué sirve esconderse, evitarse? Se supone que estamos para volar, para poder realizarnos, para poder ser felices, ninguno es la llave maestra, ni la media naranja del otro, no podemos tener esas pretensiones ni deseos (que probablemente se frustrarán), pero sí intentar ser lo más abierto que nos sea posible.

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