domingo, junio 1

Hoja de ruta (Uso interno) - Material y Espiritual

Salimos de la mierda (el aeropuerto jajaja), eso es un gran paso. El avión está en el aire, seguimos tomando altitud. Ahora la gran pregunta que se debe hacer es: ¿y para dónde quiero ir?, ¿cuáles serán mis puntos de referencia?

Tocando el cielo - Touching the sky

Hay muchas ideas. Quiero dividir esta hoja de ruta en dos partes o secciones. Una parte material y otra espiritual. Es cierto que hay muchos más áreas, con sus respectivos matices, pero siendo honesto, se puede establecer esa dicotomía sin caer en reduccionismos. Esta hoja de ruta está pensada para mi situación, pero si la llega a leer porque se la compartí y le tuve confianza, léala y saque de ella cosas que le puedan servir para su vida.

I - Material

Antes de escribir esta parte, hay que tomar muy en cuenta lo que dice la Biblia y más concretamente el Nuevo Testamento en Mateo 6. Jesús nos dice:

"No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón" Mateo 6:19-21

"Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará a uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, que ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal." Mateo 6:24-34

A ver, ¿cómo digo lo que quiero decir? Lamentablemente en Chile tenemos sueldos bajos, donde la gran parte de las riquezas del país terminan en manos de unos pocos y la industria del sector financiero permea todo. En mi vida he sido testigo de cómo las empresas pueden ser injustas con su gente, no tan sólo en el ámbito de remuneraciones, sino persiguiendo y buscando forzar la renuncia del trabajador para no pagar indemnización o realizando otras prácticas indeseables. No hablaré de casos concretos, pero tengo presentes tanto a amigos cercanos como mi propia familia. Sumado a esto, después de estudiar la teoría de la plusvalía de Marx me quedó muy claro lo inconveniente que es trabajar de forma asalariada (te pagan menos de lo que produces).

Actualmente la única forma de capital a la que pueden acceder las clases medias y bajas es el conocimiento, volverse un capital humano calificado. Esta es la razón que mueve las protestas estudiantiles, la masificación de las instituciones de educación superior y la "necesidad" de obtener un título profesional para poder "ser alguien en la vida" (en realidad, esto debería cambiarse y decir: estar vigente en el mercado laboral).

Lo que no se nos dice -pero se puede intuir viendo a nuestros padres- es que la sociedad seguirá evolucionando hacia un mercado de trabajo especializado, por ende, cuando tengamos 40 - 50 años estaremos obsoletos de no ser que estudiemos y estudiemos y saquemos diplomados, magísteres, postítulos. Así como las empresas van renovando sus máquinas de acuerdo a las necesidades y los nuevos modelos que aparecen en el mercado, como nosotros mismos somos la herramienta que el empleador necesita, tendremos que ir actualizándonos. Y si no estudias, viene el miedo, el miedo (o la guerra contra) la pobreza y la deuda.

Metro de Santiago - Tobalaba

Podría luchar incesantemente por cambiar la estructura, hacer volar el sistema educacional y financiero, pero digamos que la confrontación no es lo mío, sino más bien tengo un estilo japonés de hacer las cosas. No me considero una persona muy creativa pero sí observadora, así que sin ninguna vergüenza puedo decir que tomo el trabajo de otros, lo internalizo, saco aquello que me parece inútil y le introduzco modificaciones para mejorarlo, hasta hacer una versión propia y mejorada. Alguna vez deseé o soñé con ser un dictador, realizar todos los cambios que consideraba que Chile necesitaba y después delegar el poder en un sistema democrático que permitiera tener una población contenta, con sus necesidades resueltas y dispuesta a trabajar por un mejor país. Hasta que empecé a razonar y cuestionar esa idea -independiente de que quizás nunca llegaría a tener ese poder, me gusta pensar escenarios hipotéticos- encontrando dos razones por las cuales la política es inútil para erradicar la pobreza (aplicable a cualquier otro problema persistente): 1) Es imposible hacer grandes revoluciones o hacer desplazamientos gigantes de recursos de un grupo reducido a uno masivo sin derramar sangre; 2) Si fuese un dictador o estuviera investido de autoridad política, cuando termine mi período está la posibilidad no menor de que se deshagan mis obras y volvamos a quedar en la mierda donde empezamos, a menos que esté favoreciendo a los ricos como pasó en la dictadura chilena. Y una tercera, los ricos nunca perderán.

Vislumbrando todo esto -bueno, hay algunas cosas que he ido descubriendo estos años, las que se han sumado a este análisis- y tomando en cuenta mis capacidades, aptitudes y gustos humanísticos-administrativos, abandoné la hermosa y sacrificada idea de ser Profesor de Historia debido al bajo sueldo que percibiría, el poco tiempo que tendría para disfrutar con mi familia, la malla curricular mediocre que tiene el sistema educacional chileno, la menor cantidad de niños y jóvenes que habrá cuando esté rondando los 45 años (ergo, condiciones de trabajo peores y sueldos más malos) y porque Dios así lo quiso, me sacó en un par de semanas y me dejó sentado en Administración Pública. Algo así como: "Humanamente te dejé elegir para que fueras profesor, pero yo no te necesito ahí, así que te vienes a Administración Pública, de todos modos sé que habrías sido un gran profesor... pero déjame guiarte".

Lo más gracioso es que en cada feria del postulante me reía de esta carrera, nunca escupan al cielo. De no ser porque no tengo tantas aptitudes para las matemáticas ni un corazón despiadado, habría sido Ingeniero Comercial, pero no para trabajarle a un banco o alguna multinacional, sino para tener o gestionar las empresas de un modo más humano, algo muy parecido a lo que plantean las empresas B. A pesar de todas las pestes que hablen sobre el Instituto Nacional, si hay algo que me dejó fue esa necesidad de ver los problemas del país y buscar soluciones concretas, en el fondo, ser un ciudadano que no solamente aporte con el sufragio, sino jugándosela por la patria -aunque yo no creo en la patria ni en la política, pero sí en las personas.

En fin, debo decir que los ramos me parecen fascinantes pero la universidad me parece algo muy arcaico y aburrido. También con el paso de los años dejé de creer en los colegios como una institución que puede brindar educación de calidad, no sirven para nada y solamente servirán para crear masas de personas miedosas, sin creatividad ni pensamiento crítico, puras ovejitas (o gente resentida). Las universidades que alguna vez fueron centros de élite con carácter intelectual, hoy son centros de investigación y centros de capacitación profesional, sobre todo lo último, al final la endiosada carrera universitaria no es más ni menos que una capacitación larga para decir que tienes conocimientos suficientes para ejercer una determinada profesión (o tienes un grado académico que acredita que sabes de algo, aunque pudiste haber pasado los ramos raspando y realmente no tengas idea de nada).

Mi trabajo es ir a la universidad y mi distracción es mi trabajo. Debo ser una de las pocas personas afortunadas que puede decir que le distrae el trabajo, pero se sustenta en la llamada defensa perceptual. La universidad para mí es sinónimo de estrés, personas con ojeras gigantes y que andan malhumoradas o desean que se las trague la tierra por una excesiva carga de trabajo, memorización de conceptos y procedimientos que serán olvidados cuando se acabe el semestre si es que se estudia solamente para las pruebas, personas que se preocupan más de lo mundano y rechazan lo espiritual... para resumirlo, algo tenso. En marzo traté de dedicarme solamente a lo académico, pensando en que si trabajaba no tendría tiempo para descansar o para realizarme, pero descubrí que la universidad se iba a comer todo mi tiempo y sería un zombie universitario más (puaj!), así que me puse a trabajar para evitar llegar a una depresión, lo cual a todas luces resultó. Por lo demás, trabajar para sacar unas notas que a nadie le van a importar en 20 años más... por favor, si me van a estresar que sea por algo que valga la pena.

En fin. En estos momentos me encuentro estudiando para satisfacer una necesidad que me impuso la sociedad, digo me impuso debido a que la tomé porque es una suerte de amenaza: estudia o quedas fuera. También trabajo, es cierto, haciendo una labor que me gusta aunque es cansadora y puede llegar a ser un poco ingrata a veces, y trato de ahorrar. En el contexto de mi familia, no es tanto lo que puedo ahorrar y no gano tampoco una millonada. Pero considerando todo lo expuesto anteriormente, me parece que lo más sensato que alguien puede hacer, preocupándose estrictamente de la satisfacción de necesidades materiales, es dejarse de huevear y hacer una empresa.

En resumidas cuentas, en los peores casos:

- Si mi forma de capital será el conocimiento, seré un potencial esclavo de las universidades, pagando millones que no tengo por actualizaciones y dependiendo de las necesidades que tenga el mercado para el área en el cual me estoy especializando. Esto es especialmente visible en carreras de orden humanista, donde debes matar gente para conseguir un puesto de trabajo (y cada vez será peor).

- Siendo trabajador asalariado, sufriré todos los embates de las crisis económicas, me pagarán menos de lo que mi trabajo aporta y cuando ocurran ciertas circunstancias (externalización del área donde presto mis servicios, cambio de dueño de empresa, ganas de persecución laboral, mucha oferta de profesionales con menores sueldos para mí y menor capacidad de negociación, entre cualquier otra que se les pueda ocurrir) estaré con el poto a dos manos pensando en que puedo perder el empleo y tengo que cubrir ciertos gastos. Sumémosle al tiempo ocioso en que muchas veces caemos en los trabajos, debido a que nuestras labores no siempre necesitan el tiempo estipulado en la jornada laboral y agreguémosle el tiempo perdido entre ir-volver, hacer trámites para la empresa.

- Si por algún motivo mis gastos pasan a ser mayores a mis ingresos, también seré un esclavo del banco.

¿No les parece que si usamos el tiempo de mejor manera, podemos vivir y generar recursos por nosotros mismos? Pensando en 45 horas semanales, es decir, unas 180 horas mensuales y que usemos 1 hora diaria para ir-volver (esto en ciudades como Santiago es mentira, pero exageremos), 200 horas mensuales (20 días laborales) ¿Cómo en 200 horas no vamos a ser capaces de generar un buen sueldo? Oye vamos, ¿cuánto tiempo hemos perdido en la seguridad que nos da el hecho de que otro nos dé estabilidad?

Si yo fuese gentil puro y no hubiese conocido la Palabra de Dios, estaría haciendo lo que estoy haciendo, juntar plata y pensar en tener una empresa, algo con lo cual ser independiente (ojalá comprando yo mismo los bienes de capital que necesito para hacer el proyecto y no siendo esclavo del sistema financiero, mira que ésta me parece una esclavitud peor). Pero como dice Jesús, no os afanéis.

II - Espiritual

Los adultos dicen que debes trabajar en algo que te guste, pero los adultos hablan en lenguaje de adultos, por eso preguntan a los niños: ¿y tú, qué quieres ser cuando grande?, como si ya ser no fuese suficiente respuesta, dejando de lado preguntas básicas como ¿eres feliz?. Lo positivo de ser capital humano es que el conocimiento es intangible y conectable con la experiencia, lo que nos hace seres únicos con capacidades particulares, aunque de todos modos somos reemplazables para las empresas porque solamente aportamos desde un rol. En otras palabras, no tendremos que hacernos cargo ni afanarnos por cosas materiales o por el funcionamiento de la empresa completa, porque produciremos dinero a partir de lo que sepamos.

¿Quiere(s) conocer el agua? - Piriápolis (Uruguay)

Hay un problema espiritual con las cosas materiales y eso se da por la responsabilidad. A medida que crecemos, nos volvemos adultos porque se nos asignan responsabilidades y se nos traspasan limitaciones. Me explico con un ejemplo doméstico. Las personas que viven en casas o departamentos deben realizar aseo -entre otras tantas cosas-, mientras mayor sea la dimensión de la vivienda, más tiempo y recursos necesitará para cumplir con la responsabilidad de mantener el aseo. Tiempo y recursos que pueden dedicarse a otras tantas cosas.

Esto se ve claramente cuando cambia la situación económica de la familia y "se necesita tanto dinero (una cifra) para poder mantener la casa (las provisiones de víveres, aseo y nivel de vida) así como está ahora". Esa gente que tiene mansiones gigantes no es sino esclava de ellas, por cuanto tiene que asegurarse un nivel de ingresos mínimo para poder pagar a toda la gente que se encarga de mantenerla. Uno es esclavo de las cosas, lo que no significa que no debamos tenerlas, sino saber llegar a un punto donde no tengamos excesiva dependencia (o apego).

"Cuando Jesús iba a seguir su viaje, llegó un hombre corriendo, se puso de rodillas delante de él  y le preguntó:
- Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?.
Jesús le contestó: - ¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios. Ya sabes mis mandamientos: "No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie ni engañes, honra a tu padre y a tu madre". 
El hombre le dijo: - Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven.
Jesús lo miró con cariño, y le contestó: - Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme. 
El hombre se afligió al oír esto; y se fue triste, porque era muy rico. Jesús miró entonces alrededor, y dijo a sus discípulos: - ¡Que difícil va a ser para los ricos entrar en el reino de Dios!
Estas palabras dejaron asombrados a los discípulos, pero Jesús les volvió a decir:
- Hijos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios!. Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el Reino de Dios.
Al oírlo, se asombraron más aún, y se preguntaban unos a otros:
- ¿Y quién podrá salvarse?
Jesús los miró y les contestó:
- Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible.
Pedro comenzó a decirle:
- Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos, y te hemos seguido.
Jesús respondió:
- Les aseguro que cualquiera que por mi causa y por aceptar el evangelio haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o terrenos, recibirá ahora en la vida presente cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y terrenos, aunque con persecuciones; y en la vida venidera recibirá la vida eterna. Pero muchos que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos de los que ahora son últimos, serán los primeros". Mateo 10:17-31

No es malo tener cosas, pero debemos saber desprendernos y tomar en cuenta que Dios es lo primero. Sé que para personas que no comparten la misma creencia les dará exactamente lo mismo, querrán reírse de Dios, blasfemar y omitirán lo anterior, pero dentro de todas las cosas que he vivido en esta relativamente corta existencia, solamente hay una de la que estoy completamente seguro y en la cual sé que no estoy equivocado, esa es la existencia de Dios y que tener confianza en él realmente abre puertas, ventanas, puentes invisibles, túneles de gusano y todo lo que sea necesario abrir para resguardar a los suyos.

Si he vivido estos añitos en vacío, ha sido porque he abandonado el camino que Dios me tenía y porque he abandonado lo que se me ha encomendado hacer: esparcir cuál semilla la Palabra de Dios, con actos y pensamientos, usando todo mi ser para sus propósitos. Si hay una cosa que me ha hecho inmensamente feliz y me ha llenado espiritualmente, ha sido estar en cercanía con Dios y saber que le estoy prestando un servicio activo.

Avioncito... ya sabemos para dónde vamos.

Pasajeros - Passengers

Adónde las papas queman, perdón, las personas se queman...

Cuando Jesús fue tentado por Satanás en el desierto, el cual curiosamente fue la primera y única predicación oficial que he hecho en una iglesia, le dijo: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda la palabra que sale de la boca de Dios" en Mateo 4: 4. A no olvidarse nunca de eso.

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