domingo, septiembre 14

Mañana será Mejor - Reflexión

Dios está conmigo siempre, durante las 24 horas del día me cuida, me protege, me guía, me habla, me ama, lo siento dentro de mí como una presencia placentera, de enorme paz, que fluye sin interrupciones por todo mi ser y me inunda de una tranquilidad y serenidad absoluta.

Hoy en la Iglesia recibimos al Pastor René Peñalba de Honduras, y ¡qué testimonio y palabra! Desde hace mucho tiempo que no escuchaba algo tan esperanzador y, como él mismo decía, aplicable a absolutamente todas las personas. De alguna manera esta reflexión es casi un espejo con complementaciones de sus conclusiones expuestas.

¿Qué pasa cuando Dios nos pide cosas que no entendemos? ¿Qué pasa cuando por diferentes motivos no somos capaces de entender la forma en la que obra Dios? ¿Qué pasa cuando Dios nos pasa la pelota y pide que seamos nosotros quienes hagamos algo? ¿Qué pasa cuando no nos sentimos capaces?...

Israel en un período específico de los Jueces estuvo oprimido por Madián. Los madianitas destruían las cosechas de Israel y les dejaban sin comida por lo que sufrían grandes penurias en el desierto. Gedeón era el hijo menor de una familia pobre en Manasés, estaba recolectando lo poco de trigo que le quedaba para guardar de la amenaza madianita y se aparece un ángel de Jehová.

Jue 6:11-16

"Entonces vino el ángel de Jehová y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita. Gedeón, su hijo, estaba sacudiendo trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas, cuando se le apareció el ángel de Jehová y le dijo:
-Jehová está contigo, hombre valiente y esforzado.
Gedeón le respondió:
-Ah Señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas esas maravillas que nuestros padres nos han contado diciendo: "¿No nos sacó Jehová de Egipto?" Y ahora Jehová nos ha desamparado y nos ha entregado en manos de los madianitas.
Mirándolo Jehová le dijo:
-Ve con esta tu fuerza y salvarás a Israel de manos de los madianitas. ¿No te envío yo?
Gedeón le respondió de nuevo:
-Ah Señor Mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo soy el menor de la casa de mi padre.
Jehová le dijo:
-Ciertamente yo estaré contigo, y tú derrotarás a los madianitas como a un solo hombre."

Yo había leído Jueces con anterioridad, por lo que sabía un poco la historia de Gedeón. Este fragmento es quizás uno de los más representativos del ser humano, a todos nos identifica alguna vez... a todos y no hay nadie que se salve de ello.

¿Quién no ha culpado a Dios de alguna cosa? Yo no, pero sí he tenido la tentación de hacerlo. Sé de personas que lo han hecho, y no las culpo porque no soy nadie para juzgar y muchas veces los problemas abruman tanto a las personas que, en vez de buscar soluciones, buscan un culpable y, en el fondo de sus corazones, piden por un milagro. Si uno se pone en el lugar de Gedeón al momento de criticar encontrará, desde el punto de vista humano, suficientes razones... estaban afligidos por la falta de alimentos y la opresión de los madianitas, eran pobres y desde que Dios los sacó de Egipto y los puso en la Tierra Prometida siempre habían tenido opresiones de otros pueblos -provocadas por la desobediencia de Israel adorando otros dioses-.

Dios podría haberlo dejado solo o insistir y sacarle más cosas a Gedeón, finalmente optó por lo último. Le dijo que con su propia fuerza iba a ser capaz de vencer a Madián y liberar a Israel. A la ligera y viniendo de Dios uno dice "sí, así será" pero anda a ponerte en el lugar de Gedeón. ¿Cuántas veces uno ha cuestionado sus propias capacidades y ha dicho "no puedo"? ¿Cuántas veces uno ha visto que Dios nos pide cosas que, para nosotros, parecen imposibles? ¿Cuántas veces nos hemos sentido incapacitados? Gedeón era pobre, era el hijo menor, no tenía ninguna autoridad y se estaban casi muriendo de hambre, tampoco conocía sus habilidades y desconfiaba de las capacidades que tenía...

Yo lo he dicho, sí... yo he dicho que no puedo hacer la posición invertida, la geometría, la gramática, el género lírico y buu... no puedo cantar, soy un asco para bailar, nunca me meteré a una fiesta, me cuesta hablar y modular... y limitaciones, limitaciones, limitaciones, limitaciones, limitaciones, limitaciones... ¿Quién pone límites? ¿Es el resto el que te dice "tú nunca serás esto"? Pudiendo darse el caso de que fuera así, ¿por qué escuchas sus palabras? ¿por qué te amargas con lo que dicen de ti? El único que se pone límites es uno mismo, al parecer cuando hacemos algo nosotros nos limitamos y decimos "desde acá hasta allá soy capaz, el resto no puedo"... el día en que aprendas que no existen límites y con la compañía de Dios puedes hacer absolutamente todo, ten la seguridad de que así será. No deberás temerle a nada y si fracasas tampoco te preocuparás porque te acordarás que todo lo que pase será para bien.

Olvídate de tus fracasos, tus inseguridades, tus temores, tus problemas... son pasajeros y te restan, hace cosas que sumen, comparte con los demás, escúchalos... tienen algo que decirte, aprovecha los dones que Dios te prestó, úsalos para el bien de todos y sus propósitos, mantén tu camino junto a Dios, y no dudes de ti, Él es capaz de todo y si te pide algo es porque sabes que podrás hacerlo... olvídate de esos límites tontos que te pones, incursiona, juega, vive, ríe, goza, alégrate... porque mañana será mejor.

Y lo fue para Gedeón, se dispuso a luchar contra los madianitas y reunió cerca de 32.000 hombres para la batalla. Derribó el altar de Baal y construyó uno para Jehová, quien fuera un hombre pobre y sin esperanza ahora era el jefe y juez de Israel.

Jue 7:2-7

"Jehová dijo a Gedeón:
-Hay mucha gente contigo para que yo entregue a los madianitas en tus manos, pues Israel puede jactarse contra mí diciendo: "Mi mano me ha salvado". Ahora, pues, haz pregonar esto a oídos del pueblo:"Quien tema y se estremezca, que madrugue y regrese a su casa desde el monte de Galaad.
Regresaron de los del pueblo veintidós mil y quedaron diez mil.
Jehová dijo de nuevo a Gedeón:
-Aún son demasiados; llévalos a beber agua y allí los pondré a prueba. Del que yo te diga: "Vaya este contigo", irá contigo; pero de cualquiera que yo te diga: "que éste no vaya contigo", el tal no irá.
Entonces Gedeón llevó el pueblo a las aguas, y Jehová le dijo:
-A cualquiera que lama las aguas como lo hace el perro, lo pondrás aparte; y lo mismo harás con cualquiera que doble sus rodillas al beber.
El número de los que lamieron llevándose el agua a la boca fue de trescientos hombres, el resto del pueblo dobló sus rodillas para beber las aguas.
Entonces Jehová dijo a Gedeón:
-Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos; váyase toda la demás gente cada uno a sus hogares".

El pueblo de Israel y la raza humana siempre se ha jactado de sus logros, ¿quién no se ha enorgullecido de sus propios logros? Yo lo he hecho algunas veces con mis fotografías, cosas sencillas, y déjenme decirles que no debería, yo no puedo decir que quedé en el Instituto por mis propias capacidades porque Dios me ayudó, tampoco puedo decir que yo tengo muchas capacidades porque en realidad Dios me puso en una familia hermosa y me ha permitido explorar y explotar esos talentos.

El orgullo es uno de los peores defectos del ser humano, el considerar toda obra como suya, el pensar que el mundo le pertenece cuando sólo es una concesión. ¿Jamás han pensado que sin Dios no existen y, por ende, tampoco pueden hacer algo?

Para evitar que Israel se enorgulleciera de la victoria, fue disminuyendo el número de israelitas de 32.000 a sólo 300. ¡Qué diferencia! ¡Ni siquiera representa el 1%! Perfectamente con un número tan pequeño podrían haber vuelto las dudas pero NO, porque esta vez no dudaban de Dios, ahí radica la diferencia.

Jue 7:16-18

"Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, puso trompetas en manos de todos ellos, y cántaros vacíos con antorchas ardiendo dentro de los cántaros, y entonces les dijo (Gedeón):
-Miradme a mí y haced como yo hago; cuando llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como yo. Tocaré la trompeta, y también todos los que estarán conmigo; entonces vosotros tocaréis las trompetas alrededor de todo el campamento, gritando: "Por Jehová y por Gedeón"."

Los madianitas eran miles y miles en el campamento, Israel eran 300 e incluso, para hacerlo más extremo, se dividieron en grupos de 100. Gedeón pasó de ser un desesperanzado y deprimido hombre a tener la convicción de que vencerían gracias a la ayuda divina de Jehová. Ciertamente vencieron a Madián, libraron a Israel y Gedeón vivió el resto de su vida en paz.

Las cosas pueden ser mejores, y de hecho serán mejores. Pongamos nuestro corazón en el Señor, no tengamos miedo, ¿qué podemos temer? ¿qué cosa es imposible para Dios? ¿qué cosa que nos piden es imposible si Dios nos pide cosas que sabe que podemos hacer? Dios estará siempre con nosotros, siempre... siempre... siempre y nunca nos dejará desamparados.

Ariel Cruz - 14/09/2008

No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...