miércoles, enero 7

Cuando tenga que darse - Ensayo

Veníamos de la Iglesia, llegamos a la casa a eso de las 11.15 de la noche. Quise comer poco, porque me daba flojera comer, tomé un vaso de jugo, pensé en un enorme pan amasado y un yoghurt con cereales (más conocidos como 1+1). Sabía que comer yoghurt en la noche era algo "peligroso", siempre se me dijo que habían antecedentes de que podían provocar malestares estomacales, pero uno dice "a mí nunca me pasará". Me dormí pensando en el día de mañana (hoy), iba a juntarme con Melissa antes de ir de gira de estudio, quería verla y me alegraba mucho que se diera la ocasión, en el sueño pensaba sobre un parque que tuviera mucha sombra, buscaba dentro de mis registros visuales y, aunque ya sabía que iríamos a Carlos Antúnez, seguía pensando, poco después de mi elección, ordené mi itinerario de mañana. Se suponía que me levantaría, me afeitaría, le escribiría una carta a Melissa, y jugaría un rato con el Kirby. Me iría a eso de las 12 del día para llegar a las 1.00 a Plaza Italia y sacar las fotos para un proyecto que estoy haciendo, posterior a eso tomaría un bus para llegar a Manuel Montt y encontrarme con ella a las 1.45.

Me desperté como a las 7 de la mañana, pero algo no andaba bien, estaba mareado, estaba pegado en una misma posición, pero al abrir los ojos me sentía igual que un niño corriendo a gran velocidad en círculos durante un par de minutos, tenía ganas de vomitar. Le comenté la situación a mi mamá, me preparó el desayuno y en vez de leche, me dio agua de hierba. Sentí sintiéndome mal, yo estimaba que si a las 10 de la mañana no me ponía bien, significaría que estaría por lo menos hasta el mediodía con malestares si es que era algo leve. Pasaron las horas, y por cierto, qué martirio es ver la televisión a esa hora, dan pura basura, me llegaba a doler del aburrimiento. No podía tampoco cambiar mucho de posición, tenía que estar mirando el techo, porque si me movía sentía cómo mi estómago sonaba, y revolvía los asquerosos líquidos.

La llamé a eso de las 10.30 de la mañana, mientras caminaba para ir al teléfono me dieron ganas de vomitar pero por suerte no lo hice, me tranquilicé un poco y marqué el número que ya me sé de memoria (sí, ya me lo aprendí de atrás para adelante). Fui directo al grano, al principio pensó que era una broma, no la culpo, aunque yo me hubiese tragado todo, soy muy ingenuo a veces. Es una lástima, realmente quería salir con ella pero salió este imprevisto, y la culpa la tengo yo por comer ese yoghurt a una hora en que no se debe comer, no creo que lea esto, pero me sentí más mal por tener que cancelar todo que por el estómago, pero comprendía también que no iba a sacar nada con ir y estar con ganas de vomitar cada 3 minutos (lo cual es repugnante por cierto).
Espero que lo haya entendido, yo creo que sí, ella sabe que soy serio en este tipo de asuntos y realmente deseaba ir. Supongo que se nos dará cuando tenga que darse.

Ariel Cruz - 07/01/2009

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