Partiré por lo que yo llamo casa, aquellos lugares donde en el pasado planté una semilla, a esta semilla la regaré y la protegeré hasta que brote y considere que está apta para crecer por sí sola, este mismo proceso iré repitiendo con las personas que conozca y lo que partió siendo una idea localista y pequeño terminará siendo un proyecto de vida a gran escala. Iré acabando una por una todas las causas de tribulación que pudieron tener aquellas plantas, les exhortaré por medio de palabras para que admiren sus propios frutos y reconozcan en ellos las manos de un Creador.
Cuando haya terminado mi trabajo en casa, pintando fachadas y remodelando los interiores de ésta, voy a empezar a construir en calles aledañas o accesibles, iré sembrando, supervisando su crecimiento y posteriormente las dejaré volar para que le enseñen a otros lo que yo les enseñé.
¿Con qué arma los conquistaré? Con ninguna hecha por el hombre, porque yo no quiero enseñarles mis posturas de hombre; iré con las manos aparentemente vacías, pues será mi boca la que porte la espada de la verdad, será mi forma de vida lo que le demuestre a los demás cuál es la verdad. ¿Qué les diré? Lo que mi superior me diga que debo decir, a fin de cuentas soy sólo un servidor.
Tengo fe en que esta guerra será ganada por mi bando, tengo aún más fe en que todas estas semillas y todas esas casas construidas serán puestas a disposición de mi superior para que repliquen las obras. A muchos les serán veladas las palabras, pero quiero quitarles el velo y mostrarles la verdad del mundo, yo también fui un ser de este mundo, mas ya no lo soy, en este momento quiero servirle a mi superior y a aquellos que me necesiten.
Ariel Cruz - 27/11/2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario