domingo, marzo 22

Mixturas Incompatibles - Reflexión

Han sido semanas especiales, la última vez que utilicé este medio para expresar algo fue justamente para hablar de la esperanza, un tema transversal a todas las edades, pero que estaba motivado porque no me sentía tan cercano a Dios como hacía un tiempo, esto porque durante la gira de estudios no me di el tiempo de pensar tanto en Jesús, siendo que me había bendecido mucho, y por circunstancias (vacaciones) me dediqué a estudiar la palabra, pero no la sentía. Con la escritura de La Esperanza, y su masificación al ponerla como enlace en los muros de mis contactos de facebook (de cierta manera, una predicación virtual) había vuelto a estar en comunión con Dios.

Hoy ocurre algo similar, verán queridos lectores, hoy nuevamente Dios me demostró qué cosa tenía que hacer, estaba en un camino recto a los ojos de hombres, pero de perdición según los ojos de Dios y mi propio corazón. Semanas atrás me puse a pensar en escribir una compilación de ideas sobre la vida cotidiana, cosas sencillas, reflexiones y críticas sociales que he callado durante mucho tiempo porque, al estar con Dios me he concentrado en ver las cosas positivas, a vivir la vida con optimismo, a sentir cada segundo, cada instante, cada momento de ésta como único, con un valor e intensidad enorme. Sin embargo, las críticas sociales hacían que transformara todo ese optimismo en una versión melancólica propia.

En mi corazón sentía que no era el momento para escribir, y no es que escribir sea malo, ni que el tema lo sea, sino que todavía tengo que adaptar mi forma de ser a lo que quiere Dios de mí, pues dice la palabra que yo debo menguar (disminuir) para que Él (Jesús) prevalezca en mí, y justamente para escribir las cosas que yo quería, yo aumenté y Jesús disminuyó en mí. El primer cuento y quizás lo que gatilló este momento era "Otra vez tú", el cual cierra de una vez por todas un capítulo de mi vida.

Fue tremendamente complicado escribir este cuento, pues tenía que ponerme en el lugar que tenía meses atrás, plantearme las mismas dudas y vivir las mismas malditas y asquerosas interrogantes que presenté en el cuento, de la misma forma tenía que hallar un equilibrio donde se recreara la atmósfera de sentimientos que había en mi mente y el absurdo de mi obsesión o capricho, sin caer en críticas ni juicios parcialistas por la realidad de lo acontecido. En el fondo, tenía que ser yo y meterme de lleno en esa melancolía. ¿Era necesario? Sí, duele cerrar capítulos que has chuteado tanto, pero era necesario. Terminé el cuento, pero no lo presentaré oficialmente porque mi corazón no lo aprobó cuando lo escribí, mi mente fue tentada y cayó, pero es mi corazón el que manda.

Como bien dije anteriormente, escribir no es malo, pero sentir que lo que escribes no deberías escribirlo y no por presiones externas, sino porque tú sientes que estás traspasando un límite puesto por ti mismo, eso es malo. Esa mixtura es incompatible, yo quiero estar con Dios, ver las cosas con alegría, recibir las enormes bendiciones que Dios me ha dado, no sentir culpa de nada sino redención, ser redimido. Mientras escriba cosas que mi corazón no aprueba, no puedo escribir.

Es hora de que tome un descanso de escribir, me arrepiento de haber sido rebelde con mi propio corazón y con lo que Dios quería para mí, así que hoy reflexionaré sobre la ministración (palabra) de hoy.

Juan 15: Jesús, la vid verdadera

1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en voostros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y séais así mis discípulos. 9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.

Sigue hasta el 17, donde se dice también en Juan 15,12: "Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado".

Como bien dije en mi primera predicación, mi prioridad siempre debe ser permanecer cerca de Dios, estar en comunión con Él, porque el resto de las cosas viene por añadidura. Así también hagan ustedes, busquen primeramente el Reino de Dios, preocúpense de aprender de la palabra del Señor para practicarla y enseñarla, porque el resto de las cosas, desde las más necesarias hasta aquellos deseos de su corazón serán cumplidos, yo soy testigo, a mí Dios me ha respondido.

Ariel Cruz - 22/03/2009

1 comentario:

Alone dijo...

Quizàs la brújula para escribir estè en otro texto bíblico :
" El ocuparse de la carne es muerte , el ocuparse en el Espìritu es vida y paz "

Escribir es una terapia , pero hace daño mirar hacia atràs . Dios enseña eso . Como bien dices , al mirar hacia atràs , las derrotas y la esclavitud perdemos el gozo de la salvación y la libertad .

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