lunes, octubre 19

Mi Maquinita - Pensamiento

Soñé, soñé que trazaba una línea en el horizonte, buscaba en las estrellas una orientación o destino fijo (aunque sin encontrarlo). Mi maquinita, mi preciada maquinita, como ustedes saben, o ya lo comentaba en entradas anteriores, está hecha pedazos. Le choqué los costados, un foco se me ennegreció (le entró agua y polvo), unos conchesumadres me la rayaron en una luz roja que se me hizo eterna, y ahora, y ahora, la caja de cambios (la que obviamente pasa los cambios, y también regula el pique del bus) anda fallando, ¿Por qué? La lluvia, (la caja) (parece que) es alérgica al agua.



Me siento, del verbo sentar, al lado de la puerta, dejo mi ventana abierta, cierro todas las puertas. Hay veces en que me siento como mi maquinita, porque desde hace ya tiempo que un pequeño raspón me irrita, que una bola de pensamientos inmerecedores de ser traspasados a la palabra ronda sobre mi cabeza, sin contar con que mi caja de cambios suele funcionar súper bien pese a que no la mantengo tanto, pero a veces le entra la duda, se empieza a quedar, no diré qué ocasiona la duda (sería decirles mi debilidad, nunca o jamás me permitiría gritárselo a sus caras), pero sí es molesto andar a una velocidad distinta, sin ganas de hacer nada, con ganas de arrasar con todo y gritar, y sin embargo, callarlo todo, que sean mis ojos los que tengan la tarea de delatarme (tal como los foquitos negros de mi maquinita)... como si alguien realmente supiera qué me pasa.

Me acerco a mi ventana, aprieto la apertura de las puertas, subo, giro la llave y me la llevo a taller, por ser un sueño sé cómo arreglarla (ja! en la realidad jamás en mi vida he tocado una tuerca), le cambio los foquitos, la lavo con esponjas gigantes, le limpio hasta el parabrisas (a todo esto, tengo que limpiar mis lentes). Agarro fibra de vidrio y empiezo a hacer el molde de la carrocería, adiós topones, adiós choques, adiós heridas, ¿solución parche? No, mantención integral, la lavo entera por dentro, y le empiezo a cambiar todas las piezas por repuestos nuevos.

Sí, eso quiero para mí, una mantención integral, que me renueven todas las piececitas, que mis ojos dejen de ver nublado, que mi corazón deje de sentirse turbado, que vuele, que sea libre, que se eleve, que sea fuego intenso, llama ardiente, que yo pueda sentir cómo la sangre recorre mis venas (y arterias), que mis pies no tengan dolor, que sean revitalizados, pero más importante, que mi caja de cambios pueda pasar los cambios correctos en el momento preciso, o traducido al lenguaje común, poder tomar buenas decisiones y no andar complicándome con una subida o una bajada, por algo mi cajita es manual y no automática...

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Así me quedó la maquinita renovada, ahora los focos llegan hasta a relucir, y la carrocería se ve brillante, como si jamás alguien le hubiera pegado, así quiero estar yo, renovado, sentirme libre, limpio por dentro, dejar de pensar en leseras estúpidas, decirlo es fácil, pero del dicho al hecho hay un largo trecho, sin embargo, sé dónde está mi taller, sé dónde me pueden cambiar todas esas piececitas, sé dónde pueden arreglar mi caja de cambios para que deje de quedarse... ¡gracias Jesús!

Ariel Cruz

1 comentario:

TransFerrari dijo...

Buena metáfora :)

Saludos

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