jueves, agosto 4

Chile está desnudo

Citaré a Guido Muttarelli, quien es uno de mis amigos y que estudia Profesorado de Historia en la hermana República de Argentina. La próxima semana estará de visita en medio de este ambiente caldeado y justamente comentó -entre otras cosas- esto sobre nuestra querida faja de tierra. Creo que el fragmento dice mucho y sirve para comenzar lo que necesito decir.

"Tuve varias oportunidades de cruzar la cordillera. La primera, frustrada en Diciembre de 2008 por la poca previsión. La segunda exitosa, en Mayo de 2009 que me dejó con ganas de volver. El segundo viaje en 2010 fue algo más largo y a la vez disfruté menos. Encontré a Santiago más deslucido que en 2009, como triste por el terremoto (o por Piñera, ya no sé). Ésta será la tercera vez en que vaya. Tengo grandes expectativas y muchas ganas de ir otra vez. Ganas de reencontrarme con algunos amigos, con esa ciudad maravillosa que es Santiago, con ese país con alma de pueblo chico, como alguna vez dijo alguien por ahí, con esa pequeña París que es Providencia y con ese traumático sistema de transportes que tanto dolor de cabeza trae a los trasandinos y tan felices hace a los turistas. Lo que sí es cierto e inevitable es que Chile cambió. No sé cuándo, porque no me di cuenta y tampoco creo que otros se hayan dado cuenta. Ese país es muy distinto a 2005 o 2006. Chile es otro y cambió tan lento que fue imperceptible. Como las placas, que siempre se mueven bajo la tierra y que sólo en contadas ocasiones dejan sentir su roce para provocar los tan fatídicos terremotos que son el sello característico de aquella tierra."


Prohiben entrada a estudiantes en Metro de Santiago por motivo de las protestas.

Me angustia todo lo que está pasando. Me da vergüenza que en Chile, para evitar una manifestación pública y pacífica, se le prohíba la entrada a los estudiantes en el Metro; que se divulgen datos personales de alguien para intimidar y bajar los movimientos sociales; que el Gobierno deje de autorizar marchas y el uso de espacios públicos para manifestar su descontento y para deslegitimar un movimiento que defiende una causa justa; que crean que pueden meternos el dedo en la boca con propuestas que NO solucionan el problema de fondo.


Carabineros revisando mochilas con lumazo incluido (hace 2 semanas)


Represión en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile (hoy)

Me da vergüenza que haya gente que todavía defiende un sistema sociopolítico tan injusto y mediocre, me da vergüenza que los medios de comunicación tradicionales sirvan a los mismos de siempre y los periodistas no puedan informar las cosas tal como son. Me da vergüenza toda esa gente que quiere sacar a los militares a la calle y, lo que me da más vergüenza, es pensar que Chile realmente tiene tres mundos diferentes: el resto del país y una capital polarizada entre un lado rico (Plaza Italia para arriba) y un lado medio-pobre (Plaza Italia para abajo).

El problema de Chile no es que haya cambiado, de hecho, sigue siendo igual que hace muchos años. El tema es que ahora Chile está desnudo, esa imagen de país desarrollado donde a través del trabajo y el esfuerzo personal uno podía cumplir sus metas y proyecciones se acabó. Hace rato que las estructuras sociopolíticas huelen a muerto, hace rato que ya se sabía que el sistema político no funcionaba y no lograba canalizar las demandas ciudadanas, y no lo digo en virtud del "una vez que pasan las cosas todos dicen que sabían que iba a pasar" ... sino que era algo que se veía y se sentía.

No me da vergüenza mi país, tampoco me da vergüenza su gente; esa gente esforzada y luchadora incansable que vela por el bienestar de sus familias y de sus hijos; no me puede dar vergüenza la clase media que paga sus impuestos de forma honrada y no recibe ni una migaja por parte del Estado; mucho menos me pueden dar vergüenza los cientos y miles de padres de familia que día a día trabajan por sueldos injustos para poder dar de comer a sus hijos.

Sería demasiado populista decir que me da vergüenza absolutamente toda la clase política, porque sé que en algún recóndito sillón de alguna de las instituciones que rigen los poderes del Estado hay uno que otro político honesto. Sería demasiado fácil también catalogar a todas las huestes de verde (Carabineros) de cobardes y matones por hacer uso indiscriminado de sus fuerzas contra gente que lleva cartelitos o que va a marchar. Sería también muy fácil comentar que los desgraciados violentistas de siempre merecen las penas del infierno, ¿pues acaso sus vidas no son un infierno a estas alturas?

Siento una frustración enorme, una rabia tremenda y una pena que me deja un enorme nudo en la garganta, un llanto reprimido que perfectamente podría tener espasmos y es que, en estos momentos, Chile no me parece un buen lugar para criar a mis (futuros) hijos. Me daría una pena tremenda que uno de ellos me preguntara alguna vez: "¿Papi? ¿Por qué los policías le pegan a los niños y lanzan bombas lacrimógenas a los colegios? ¿Es que acaso no piensan que podrían ser sus hijos?" ... y tenga que decirle que en este país de mierda se nos hace pelear entre nosotros para dejar tranquilos a los mismos de siempre.

Me da una impotencia enorme ver cómo toda una masa de ciudadanos pide cambios concretos, cambios justos, cambios realmente radicales y necesarios para poder vivir en una sociedad mejor; y que los que tienen el poder para hacerlo -en teoría, porque el sistema sociopolítico tampoco deja mucho margen de acción- no hagan nada por nosotros ni por las generaciones futuras.

En las redes sociales se ven conversaciones más valiosas y reflexiones más certeras que en las cúpulas políticas, la gente vive un descontento no sólo en el ámbito de la educación, sino que también en otras materias.

Pero más pena me da que haya gente que ni siquiera sepa lo que está pasando. Gente que vive, literalmente, en otro mundo, en una burbuja. Gente que piensa que los pobres eligieron ser pobres y que les faltaron méritos o esfuerzos para llegar a ser ciudadanos honrados. ¿A cuánta gente, en las poblaciones, se les niegan oportunidades de trabajo por el domicilio donde viven? ¿A cuántos se les cerraron las puertas de la educación en sus narices y tuvieron que valérselas por sí mismos aprendiendo que la calle era el único mundo donde podrían sobrevivir? ¿Acaso ninguno de ustedes ha pensado que, estando en el pellejo de ellos, harían las mismas atrocidades y quizás hasta cosas peores? No los justifico, la violencia no tiene justificación, pero sí tiene sus motivos, y es que cuando toda una sociedad te margina, ¿qué más le puedes pedir a la gente?.

Me da pena por aquellos a quienes llamamos "hijitos de papá", porque tampoco es culpa de ellos el ignorar lo que pasa acá abajo, ni mucho menos es culpa de sus padres que probablemente también se saquen la chucha trabajando para darle lo mejor a su familia. No es culpa de ellos tener dinero y poder darse el lujo -porque eso es en Chile- de llegar a la universidad en auto, de pagársela al contado y de no tener que endeudarse con un banco a 20 años para poder tener un trabajo, ni mucho menos es culpa de ellos que nosotros tengamos que mendigarle al Estado una ayudita y no nos la den porque somos de clase media.

La culpa es del sistema, un sistema que no permite que se crucen, que no permite que los ricos conozcan a los pobres y viceversa, porque claro que debe ser terrible -para un economista- mirar los índices de cesantía y sentir pena porque la economía del país no aprovecha todos sus recursos, pero puta que debe ser distinto mirar esos números y ver que los papás de tu mejor amigo no tienen trabajo y tienen que andar mendigando de casa en casa o vendiendo lo que no tienen para poder subsistir.

Este sistema sociopolítico, en que los de un lado no coinciden con el otro, además de fomentar la ignorancia, los prejuicios y los resentimientos de una clase contra otra, hace un tremendo daño, y es que cada cual va a velar por su grupo económico. Cuánta pena me da cuando verbalmente pelean ricos contra pobres, siendo que si se conocieran probablemente serían amigos y se darían cuenta que tienen muchas cosas en común, aparte de ser seres humanos propiamente tales.

Me da pena que Chile, en cuanto a estructuras socioeconómicas, sea un país tan segregado, tan injusto y tan poco humano. Me da pena que haya gente que, justamente, por estas cuestiones de la vida, ignore los problemas que viven los demás y piensen que todos los que protestan son comunistas, que todos los estudiantes que están en las calles son unos vagos de mierda y que piensan que queremos que se nos regale todo en bandeja, cuando en realidad, simplemente queremos oportunidades reales y poder darle una vida mejor a nuestros hijos y a los que vienen detrás de nosotros, porque todos estos cambios no son necesariamente para nosotros, sino para las generaciones futuras.

La intransigencia de la que habla el gobierno, en realidad, no es más que tenacidad, coraje y persistencia. Pues si no alzáramos la voz ninguno de estos temas estaría en el tapete, seguiríamos riendo con las estupideces que dice Piñera y de gobierno del cambio sólo nos quedarían las palabras rimbombantes de sus ministros y sus cambios ínfimos y mediocres. El gobierno quiere que volvamos a clases, pues volveremos cuando resuelvan nuestras demandas, hay cosas mucho más importantes que un año de estudio, por ejemplo, el futuro de nuestros hijos.

Yo no quiero que mis hijos vivan en un país tan injusto, un país donde, en vez de sentirnos acogidos y jugando de local, nos sintamos prisioneros y pensemos que las autoridades y el sistema político que tenemos no está a la altura de sus ciudadanos. No remataré con un ¡Viva Chile mierda!, diré ¡Vivan los chilenos mierda! Porque este país no es ni de los estudiantes, ni de los empresarios, es de los chilenos o tiene que serlo.

Yo sí creo que se pueden cambiar las cosas y se pueden mejorar las condiciones de vida de todos nosotros, ya basta de vivir en una sociedad tan absurda y ridícula.


Visión Siete: Palos para estudiantes de Chile (vea desde el 01.15)

Ariel Cruz Pizarro

1 comentario:

Camilo Vega V. dijo...

Ariel, no puedo más que estar completamente de acuerdo con tu posteo. Lo que ha pasado hoy -y sigue sucediendo a esta hora- me dejó con una mala sensación. No solo siento rabia por la represión que sucedió hoy y todos los hechos que ya conocemos, sino también porque el Gobierno haya esperado mucho para entregar una propuesta y que esta no sea más que migajas o cambios menores que benefician a los mismos de siempre.

Y, finalmente, todas las manifestaciones que se han visto se resume en el Título de esta entrada: queremos que, de una vez por todas, Chile sea de los Chilenos, que se les considere en las grandes decisiones, que dejemos de poder expresar nuestra opinión cada cierto número de años en las elecciones, que a todos (vengamos de donde vengamos, seamos como seamos, pensemos como pensemos) se nos considere en las decisiones que, finalmente, nos afectan más a nosotros que a quienes toman las determinaciones.

Ojalá algún día podamos afirmar que nuestro país es de todos y de cada uno que habita esta tierra.
Saludos, que estés bien.

Camilo.-

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...