martes, octubre 1

No saber

Tengo muchas preguntas por hacerme, por más que esté ansioso y me pida respuestas, hay cosas que no me puedo dar todavía. Quizá no sea sólo una causa, ahora que lo pienso, fue un colapso general, pasaron muchas cosas antes de cambiar el switch y estar donde estoy en este momento.

El momento de admitirlo llega a ser una cosa de liberación; decir que dejemos de escudarnos en el orgullo, que dejemos de emplear el miedo y empecemos a usar ese olvidado corazón. Si al final, mi problema es ése, dejé de sentir, dejé de vivir, soy un mini zombiecito con cuerpo de hombre. Es como ese hombrecillo envuelto en una armadura (mi memoria anda tan atrofiada que ni me acuerdo el nombre del libro, bueh), por alguna razón me encerré y encerré y se me olvidó cómo salir, jajajajajajaja.

Yo sabía que tener una sombra o antítesis me iba a desestabilizar a la larga, sabía el desajuste que iba a quedar cuando no tuviera esa muralla que me contenía y (paradójicamente) guiaba mis pasos. Si al final, yo estaba súper bien en la medida que empleaba y hacía las cosas que creía correctas. Quizás caí cuando vi que no podía sostenerme en ese pensamiento, que la forma en que me había planteado las cosas me estaba jugando muy en contra en una cierta contingencia, quizás ahí me fui a la B, cuando vi que nada de lo que tenía pensado me serviría. 

Quizás ya dije en realidad lo que pasó, solo que no es una historia muy conveniente de ser contada. Es fome tener la percepción de ser una persona muy buena y que hace muy bien las cosas, y pasado un año, recordarse un par de veces al día esas veces en que el dolor me superó y dije lo que me dolía, las veces en que he lastimado con mis palabras y recuerdos, sentir en el fondo que no eres ni bueno ni haces bien las cosas. Bueno, si me van a querer, quiéranme en mis crisis también, yo me encargo de dar mi mejor esfuerzo.

¿Me habré cansado de luchar contra la marea y supe muy tarde que no tenía para qué pelear contra el mar? Quizá, aunque mi terquedad nunca me dejaba fuera de combate. Tal cual perro que se muerde la cola, día a día fui a pelear para detener las mareas, a ver si un hombrecito podía detener el movimiento de las olas, que iluso fui, pero no me culpo, la ignorancia nos hace cometer errores siempre.

Quizás la crisis habrá terminado cuando sepa cómo enfocar las cosas de ahora en adelante. Me había cuidado tanto y te había cuidado tanto, y ahora, apenas me puedo cuidar yo (pero bueh, al menos es una preocupación menos). En una de esas, esa tácita traición que me hice fue lo que cortó el vuelo, en vez de ponerme a defender como loco quizá debí seguir fiel a mi forma de ser, buscando la forma de tener tres delanteros adelante aunque anduviera perdiendo y tuviera gente expulsada, al final los partidos se ganan con goles, no ratoneando. Pero no, la batalla venía perdida de mucho antes...

Es tragicómico, se supone que la batalla salió bien y recibiste lo que necesitabas de mí; pero para mí fue una masacre de proporciones, se me cayeron todas las ideas, los anhelos, los pensamientos; es como lo que le debió pasar al fanático geocentrista cuando todos le demostraron que en realidad la Tierra era una anécdota en el universo, ¡conchetumare! Las cosas no pasan como yo pensaba, pucha, ¿ahora qué hago?

Y así he andado meses... sin una hoja de ruta. Sin saber ¿qué quiero?, ¿por qué lo quiero? y ¿cómo lo quiero?. Esas tres preguntas básicas para tomar cualquier decisión, yo no las sé.

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