sábado, junio 18

El fondo de las demandas estudiantiles chilenas

Hoy, sábado, cumplo lo que adeudo: hablar sobre las actuales movilizaciones estudiantiles, comentándoles cuáles tipos de movilización se están usando, explicando el petitorio de la CONFECH y explicarles, especialmente a la gente de otros países, porqué este tipo de protestas se dan en Chile.


Visión Siete - TV Pública argentina. Columna del analista internacional Pedro Brieger

1.1 La educación es un punto nodal de la sociedad

La importancia que tiene la educación para un país es enorme. Pensemos que se trata de la formación de los jóvenes y profesionales con los que un país tendrá que surgir cuando la generación que es adulta vaya decayendo; a través de la educación no solamente se entregan conocimientos, de forma implícita se reconoce una forma de aprehender el mundo, una forma de evaluar y entender el entorno, un conjunto de valores y una imagen propia del país, en pocas palabras, la educación es un gran responsable de la construcción de la identidad de un país.

Mucho se habla en Chile de que somos los mejores de Latinoamérica -junto a otros países como Argentina, Brasil, Uruguay o México por nombrar algunos-, que tenemos un gran crecimiento económico, que gente de otros países viene a buscar refugio o trabajo en este lugar porque se asume que es un país tranquilo y se venden miles de maravillas al exterior.

Si bien es cierto que algo de verdad hay en todo eso, también cabe destacar el conflicto con la identidad-país que genera el hecho de creerse un país semi-desarrollado y el tener un sistema educativo que solamente sirve para aumentar la brecha económica existente entre la población rica y la pobre. La desigualdad en Chile es escandalosa, lo que la gente quiere es que esto cambie, que sus hijos tengan verdaderas oportunidades y puedan disfrutar de una vez por todas de todos los beneficios que deberíamos tener al ser un país semi-desarrollado. El dinero en este país queda en algunos bolsillos, el resto de nosotros compartimos solo las migajas que nos dejan.

¿Cuál es la solución para los problemas de desigualdad? Una educación de calidad, que permita a la gente escalar posiciones por sus méritos y conocimientos, no por su lugar de nacimiento, su apellido ni sus contactos.

¿Cuál es la solución para la delincuencia? Una educación de calidad, que involucre más a los niños y les haga saber la importancia que tiene el hecho de que se eduquen. Una educación que dé oportunidades reales.

¿Cuál es la solución para tener un país más contento y motivado? No es que sea la única respuesta, pero una buena educación también sirve para contestar esto, una buena educación no es sólo aquella que te da una serie de conocimientos, es también aquella que te forma. A medida que tú te vas conociendo, vas conociendo tus capacidades y tus limitaciones, cosechando más triunfos que fracasos y siendo más feliz. Además, ¿no les parece(ría) más motivante trabajar en un país donde sabes que tus hijos serán bien educados, donde sabes que tendrás oportunidades y donde sabes que en base a tu esfuerzo puedes llegar más arriba?

El tema de la educación engloba muchas preguntas retóricas más, pero para resumirlo todo, es la lucha por nuestros sueños. Todo lo que un país quiere, todo lo que un país necesita, todo aquello por lo cual un país lucha, está reflejado en la educación. Los sueños de una nación (o de un pueblo) están en su educación, serán los hombres del mañana los que continuen el legado que se les dejó. Nuestra educación actual nos dice que Chile quiere ser un país desigual, donde unos pocos tengan mucho y la gran mayoría no tenga nada, donde la mediocridad venza al mérito... eso no es lo que quiere la gente, es necesario un cambio.

1.2 ¿Por qué se mantiene el status quo en materia de educación?

Cito la columna "Por qué les tienen miedo a las universidades públicas" de Juan Guillermo Tejeda, académico de la Universidad de Chile, en El Mostrador.

"
Al revés de todos los países desarrollados, Chile avanza solitario en un sistema que pretende mejorar la educación destruyendo a la educación pública. Los niñatos que dirigen hoy al país y a su educación se criaron casi todos ellos tomando leche tibia con chocolate en colegios privados y universidades católicas, fueron a hacer sus postgrados a los Estados Unidos, y prosperaron gracias a la dictadura. Desconocen, pues, las bondades de la educación pública. La temen. Sólo quieren que se degrade y desaparezca. (...)

¿Por qué destinan todos los países desarrollados una cantidad que cubre entre el 50% y el 90% del gasto de sus universidades estatales? Porque de otro modo no se garantizan ni la equidad en el acceso, ni la investigación o la creación, ni la libertad de pensamiento.

¿Por qué aquí recibe del Estado la Universidad de Chile apenas el 12 o 14% de su presupuesto? Por miedo: miedo a la política, miedo a la igualdad de oportunidades, miedo a la libertad de cátedra, miedo a la existencia de centros avanzados de pensamiento, miedo al Chile real, miedo a no seguir controlando el país completo unos pocos con los apellidos de siempre, el dinero de siempre y la mediocridad de siempre.

Tienen miedo a la igualdad de oportunidades porque, con el corazón hundido en el pesimismo y en el abuso, creen en una sociedad clasista, condescendiente y humillante. Jamás las universidades privadas, muchas de las cuales están ahí para hacer negocio o para difundir ideologías abusivas, se harán cargo de la equidad en el acceso a la educación. Es como encomendarle esa tarea a los bancos o a los supermercados. La Universidad de Chile y las demás universidades públicas tienen una gloriosa tradición al servicio de la equidad.

No les gusta a nuestros gobernantes pirulos ni la libertad de cátedra ni la libre expresión. Prefieren seguir el estilo de las universidades privadas que tienen a los profesores contratados por semestres para que nadie se ría en la fila. Se mofan así de la condición de los académicos, degradan la carrera docente, destruyen la libertad que es inherente al pensamiento. Las universidades públicas, en cambio, garantizan la tolerancia porque están hechas para eso, esa es su función, y no dependen de un patrón o de un dueño privado. (...)

Tener el Estado universidades y negarles los recursos es como tener un avión y no ponerle combustible. Contra esa ceguera vamos a luchar. Porque, como bien dicen los estudiantes, la educación no es una mercancía. La universidad pública no es un negocio. El país no es de unas cuantas familias ni de unas cuantas empresas sino de todos los chilenos y chilenas."

No creo que haya que agregar más palabras al artículo (les recomiendo leerlo completo), si Chile está como está, es porque después de la dictadura de Augusto Pinochet, literalmente vendieron y privatizaron todo lo que se podía privatizar, tendencia que continuó con los gobiernos democráticos de la Concertación y que ahora se agudiza con Piñera. No pretendo hablar de cómo era antes la educación en Chile ni de cómo el Estado tenía un activo rol dentro del financiamiento de las universidades, porque eso ya no está y difícilmente se va a replicar de igual manera.

Otro de los temas de fondo que hay en las movilizaciones estudiantiles es, además del de los sueños de una nación, el hecho de que en Chile todo sea una mercancía, todo sea capitalizable. La educación en Chile, de manera descarada, ha sufrido esta privatización y se ha convertido en una industria (?) lucrativa. La gente crea colegios y universidades, no por vocación de servicio -casos hay, pero son los menos-, sino que simplemente para ganar dinero. Se cree que los estudiantes son meros receptores de conocimiento, no se les permite tener organización estudiantil ni mucho menos se les da una formación cívica, el resultado es algo así como una masa de personas sin pensamiento crítico, que sólo sabe recibir y ejecutar las órdenes que les dan desde más arriba. Adivine... ¿a quién cree que le conviene esto?

Estando inmerso en un país donde el sistema económico imperante es el liberal -porque no hablemos de Estado de Bienestar o sistema mixto, eso es una pantalla-, la mejor forma de destruir la educación pública, ya sea a nivel de colegios o de universidades, es limitando sus recursos para que no puedan competir con las entidades privadas. Al final, la gente pobre se educa en los colegios pobres, y los ricos se educan en los colegios ricos. Así se mantiene el status quo y los de arriba (para variar) no tienen nada que perder ni temer.

1.3 La Revolución Pingüina de 2006 y el movimiento actual

Resumamos. En los dos puntos anteriores creo que queda más que claro que la lucha por la educación en nuestro país tiene que ver con asuntos de fondo y de estructura de la sociedad chilena, mientras no se reforme la educación, nuestro país y nuestra sociedad no cambiará. Los asuntos estructurales serían: a) Dejar de tener una educación que pisotee los sueños de las generaciones de jóvenes que se ven metidos en el sistema. b) Poner mano firme y evitar de una vez por todas que domine una educación con fines de lucro, haciendo que el Estado tenga un rol más activo y brinde (la verdadera) alternativa de una educación pública de calidad. c) Estar a la altura de lo que queremos ser como país.

Una vez hecho este ejercicio, prosigo. En 2006, muchos recordarán la Revolución Pingüina, donde el rol pasivo del gobierno, su lenta reacción y el gran impacto mediático hicieron que el tema por fin se pusiera en el tapete. Los métodos de movilización fueron siempre los mismos: la toma de las instituciones educativas, la paralización de las instituciones educativas y las marchas en diferentes ciudades por la misma causa. ¿Por qué no se solucionó el problema en ese entonces? ¿Por qué ahora se protesta por (casi) LO MISMO? Sencillo, la clase política zanjó el tema con su grandiosa política de los acuerdos -léase el sarcasmo-, así que tanto los que se dicen de izquierda como la derecha se dieron la manito y acordaron reformar la educación. Así nació la LGE (Ley General de Educación), que es casi la misma LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza) solo que tiene alguna que otra modificación y no es tan explícita respecto al lucro en la educación. O sea, solución parche y el problema de fondo continúa. ¡Muy bien!

Que quede claro, si el chileno promedio odia a la clase política como bloque es porque siente que no sabe interpretar las demandas ciudadanas ni tiene los cojones para cambiar el status quo, privilegiando (casi) siempre los intereses privados y no el bienestar de las personas. En pocas palabras, la clase política no sirve para canalizar sus ideas, son (una tropa de) inútiles. Y después quieren votos y prometen (lo mismo de siempre)... já!.

Actualmente, el movimiento estudiantil tiene (casi) los mismos ingredientes: tomas, paralizaciones, marchas y una demanda que tiene un fondo justo. Los medios de comunicación ya no se prestan para fomentar ideales a través de estos movimientos, ahora se dedican a cercenarlos mostrando su violencia, mostrando la opinión de la gente contraria para que los chilenos se graben en la cabeza: "los estudiantes son malos, quieren todo gratis, eso es una utopía". Con un gobierno de derecha como el de Piñera, más no se podía esperar.

Aquellos que aún tenemos cabeza y corazón,
sabemos que los sueños no se apagan
como se apaga el fuego de una vela,
nosotros que no nacimos en cuna de oro
ni tenemos garantizado un postgrado en Gringolandia,
sabemos muy bien que los sueños
se cumplen con sudor y lágrimas,
no dejándose vencer ante nada,
luchando ante todo,
por aquello que consideramos justo.


Opinión de Felipe Vidal en Asi Somos - RedTV / 16 Junio 2011

El movimiento estudiantil cada día cobra más fuerza, el rol "pasivo" que ha tenido el Gobierno al no pronunciarse mucho sobre el tema y dejar a Joaquín Lavín como carne de cañón bien puede costarles caro, esto todavía no acaba.

1.4 El petitorio de la movilización estudiantil

Bien, mucha gente critica que se quiere todo gratis, que los que se manifiestan son puros comunistas y un montón de cosas más, en el fondo, lo importante, es que la gente aún no se convence del todo de las demandas estudiantiles, básicamente por la misma razón de siempre: la tergiversación de la información que hacen los medios masivos de comunicación y la ignorancia del chileno común que cree lo primero que le dicen.

Algo que me parece "malo" dentro del movimiento, es que cada institución tiene sus propios petitorios y que, incluso, las universidades privadas del barrio alto están comenzando a moverse para ir en contra de los petitorios hechos por las instituciones que tradicionalmente representan la educación pública. El petitorio con el cual el Gobierno anda dialogando es el de la CONFECH, acá les dejo el resumen de puntos.

1 -
Acceso con equidad, calidad, integración y heterogeneidad social en la matrícula. Se resume en rechazar la PSU, crear mecanismos complementarios que permitan un acceso equitativo y que también faciliten la nivelación y mantención de los estudiantes en las carreras universitarias. El acceso debe asegurarse a instituciones educativas de calidad y que tengan también formación cívica; más la garantización del acceso a educación para discapacitados.

2 - Aumentar el financiamiento público de la Educación Superior con un % mayor del PIB (Producto Interno Bruto). Este punto incluye aportes basales de libre disposición para financiar a las universidades públicas. Fondo de revitalización de las universidades estatales. Reestructuración del sistema de becas y ayudas estudiantiles para dejar de depender de un sistema que tiene como base el endeudamiento familiar. Pase escolar gratuito y de carácter nacional. Eliminación del Aporte Fiscal Indirecto. Que el Estado se haga responsable de la educación pública.

3 - Democratización del Sistema de Educación Superior. Exigir el derecho a la participación triestamental de todas las instituciones de Educación Superior y asegurar la libertad de expresión, cátedra, asociación de estudiantes, docentes y trabajadores en todas las instituciones.

1.5 Balance personal

El sistema educativo chileno está plagado de contradicciones, contradicciones que ya no se sostienen tanto desde el punto de vista ideológico como del práctico. Es imposible que la sociedad siga amparando la creación de instituciones educativas que se dediquen a lucrar (,que reciban aportes estatales) y no brinden educación de calidad. Porque seamos sinceros, ¿Qué va a ser de la mayoría de esos estudiantes que estudian en instituciones malas? El mercado privilegia a quien tiene una mejor oferta, en el curriculum de las personas -lamentablemente- pesa el nombre de la institución en la que se estudió justamente por lo mismo, porque se sabe que no se trata de la misma calidad de educación. ¿Quién le va a pagar la deuda a aquel estudiante que estudió en una de esas casas de estudio de dudosa reputación?

El fondo de la demanda estudiantil es el que ya mencioné con anterioridad. No se trata de una lucha encarnizada contra los privados ni la libertad de enseñanza -como lo pintan aquellos que defienden el sistema actual- sino de la recuperación de lo público, la recuperación de una educación pública de calidad tanto en colegios como en universidades, con un Estado que asuma sus responsabilidades y no las delege en municipalidades o que se lave las manos. Con una clase política que se dedique de una vez por todas a defender lo que nos pertenece, a propiciar el bienestar de la población y no a privilegiar el bolsillo de unos cuantos.

Si alguien quiere poner a su hijo en un colegio particular, puede hacerlo y está bien que lo haga, cada uno elige. El movimiento estudiantil quiere que se garantice el derecho a la educación, que si tú no tienes dinero para pagar ese colegio particular, puedas optar a una educación de calidad y no tengas menos oportunidades que el que sí paga. En el fondo, que tengas alternativa para poder elegir. Que no tengas que no estudiar en una universidad de peso porque no pudiste pagar un colegio caro, que haya oportunidades, que tu esfuerzo sí rinda frutos.

Para concluir, les dejo la visión de Marcel Claude. Notarán que hay puntos en los que concuerdo, puntos en los que no, pero en general, me parece bastante acertado su análisis respecto a la educación pública y la utilización de los recursos disponibles en el país para resolver el problema.


Entrevista a Marcel Claude, economista y académico de la Universidad de Chile en CNN Chile.

Mi misión acá es la de recopilar, ordenar, entender, analizar y canalizar las ideas de este movimiento estudiantil-. Es responder a esa pregunta fastidiosa de ¿Por qué luchas o piensas que esto es lo correcto? o, para ponerlo en palabras más simples:
interpretar lo que la gente piensa, quiere y siente.

Si no le dio flojera leer y cree que esto le representa, tenga la amabilidad de compartirlo con sus amigos y de decirles a otras personas para que lo lean. En otras palabras, si le gusta, difúndalo. Se lo pido como favor, así le seré útil a la sociedad.

Ariel Cruz Pizarro

1 comentario:

Guido Muttarelli dijo...

Ariel, me parece súper interesante este posteo porque aborda esta problemática educacional desde una perspectiva bien amplia. No es fácil ponerse "del lado" de las demandas estudiantiles siempre, pero valoro esto de "separar la paja del trigo" y asumir los puntos coincidentes en el debate.

En Argentina han operado cuestiones similares respecto de la educación, aunque no del todo debido a que en los últimos años la lógica de mercado ha caído en desgracia. Pero esto solo es posible a través del cambio social, sino todos seguiremos siendo piezas de ajedrez de los más poderosos a quienes no le interesan (y le aterran) las mayorías instruidas.

Por último, hay un tema que trataste tangencialmente, pero que considero fundamental: la representatividad de las clases políticas. Eso es un punto clave para comprender por qué las estrategias de élite, concebidas en tiempos de dictadura no han llegado a desarmarse pese al paso de tantos gobiernos democráticos. O no se animan o los poderosos intereses económicos los tienen apresados, de manera que no pueden ir contra ellos.

Una cuestión más que intersante, excelente leerte, como siempre.

Guido

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