jueves, junio 23

Sistema educativo chileno: lo que hay y lo que quiero (Parte 1)

Esta entrada, tiene por objetivo, describir cómo funciona el sistema educativo chileno -especialmente para gente de otros países, pues revisando videos en youtube hay mucha gente que quiere saber y no hay nadie que les explique-.

1. ¿Qué es la educación? ¿Un derecho o un bien?

Para entender las demandas estudiantiles y el trasfondo que hay detrás de ellas, hay que entender cómo se realiza esta suerte de segregación social y el porqué ocurre. Es necesario comprender que, después de la dictadura de Pinochet, Chile adoptó el modelo económico neoliberal (capitalismo), por lo que todas las cosas comenzaron a verse desde el punto de vista del mercado.

El modelo capitalista resuelve las tres preguntas básicas de la economía con el tema de los precios. ¿Qué se produce? Aquello que sea rentable; ¿Cómo se produce? De la forma más rentable posible; ¿Para quién se produce? Para quien esté dispuesto a pagar. Sé que es mucho más complejo que esto, pero en resumidas cuentas esas son las respuestas.

Ahora que tenemos esa base puedo explicar de forma más tranquila. La educación pasó de ser considerado un derecho, a ser un bien. Así es, tal como lo lees. Acá la gente compra educación de la misma forma en que compra las casas, automóviles, televisores y otros bienes durables. Se considera(ba) la educación como una "inversión", pero no como un derecho. De esta manera, cierto porcentaje de la población todavía mantiene una postura de "no deberían reclamar, está bien que la educación se pague".

Para nuestra bendición, desde el movimiento estudiantil del año 2006, esta concepción de la educación ha ido cambiando y la gente está tomando conciencia de que realmente se trata de un derecho y no de un bien. Aunque el problema de fondo está lejos de solucionarse, bien se puede considerar un avance este (parcial) cambio de mentalidad de la sociedad chilena.

2. Tipos de establecimientos educacionales (Básica y Media)

En Chile, existen tres tipos de establecimientos educacionales, con los cuales parte y se acentúa la segregación social de la que se habla y debate tanto en el ámbito nacional como internacional.


Nuevamente pongo esta columna internacional de Pedro Brieger

a) Establecimientos particulares pagados: Este tipo de colegios se financia 100% con el dinero de los alumnos. Existen todo tipo de establecimientos particulares pagados, los hay mediocres, los hay excelentes, los hay dirigidos a la clase media, los hay también para el sector más acomodado.

Para que se hagan una idea, existen colegios que pueden cobrar $30.000 (US$ 60) mensuales, y otros que pueden cobrar mensualidades superiores a $200.000 (US$ 2000), incluso algunas tienen la desfachatez de cobrar en UF (Unidades de Fomento), que es la unidad que se usa para comprar casas o departamentos. Por si fuera poco, también existen colegios donde los padres deben pagar enormes cuotas de incorporación y cumplir ciertos requisitos (especialmente en los colegios católicos).


b) Establecimientos particulares subvencionados: Son colegios pertenecientes a entidades privadas pero que reciben financiamiento estatal para poder subsistir. Es lo que se llama financiamiento compartido; una parte la pagan los padres con las mensualidades y otra parte la paga el Estado a través de la subvención. Existen colegios que pueden cobrar $5.000 (US$ 10) mensuales y otros que pueden superar los $90.000 (US$ 180) por ponerles una referencia. No hay un parámetro que les indique hasta cuánto dinero pueden cobrarle a los padres, aún cuando la subvención sea el mismo dinero para todos.

c) Establecimientos municipales públicos: Es la educación pública chilena. El único pago oficial que se debe hacer es de la matrícula, a principio de año, y éste no supera nunca los $10.000 (US$ 20). Acá en Chile, no es el Estado directamente quien financia a estos colegios, sino que son los municipios quienes reciben la subvención y son ellos los que la traspasan a los establecimientos.

Según las informaciones que manejo, el Estado aporta poco más de 1 UF mensual por alumno (hoy, 23 de Junio de 2011, la UF figura con el valor de $21.869, que es poco más de US$ 40), lo cual apenas alcanza para pagar el sueldo de los profesores. Cabe destacar, además, que el dinero que se paga es proporcional a la asistencia del alumno, por lo que en aquellos colegios donde los alumnos desertan, el establecimiento también pierde dinero.

El único sustento de estos colegios es el aporte de los municipios, quienes son las entidades jurídicas que administran las comunas. Es así como el dinero de las municipalidades debe distribuirse entre la educación, el aseo y ornato, el fomento de actividades vecinales, entre otras muchas cosas. En el fondo, las municipalidades ven a la educación pública como un deber más que una prioridad.

2.1 La elección de los establecimientos educacionales por parte de los padres

Chile es un país donde existe la libertad de enseñanza, por lo que cada familia puede elegir entre distintos proyectos educativos, ya sea de formación católica, algún colegio con énfasis en la enseñanza del idioma inglés, algún colegio de formación evangélica/protestante, algún otro que tenga educación laica, en fin, existen muchos proyectos educativos.

Como regla general, podemos decir que cada familia ingresa a sus hijos a un colegio que se ajuste a su presupuesto. Se deduce, en tanto, que los colegios suelen estar conformados por gente del mismo estrato socioeconómico, que busca el mismo proyecto educativo y que tiene casi los mismos ideales. Si bien es cierto, este sistema tiene algunas ventajas, es preocupante el nivel de "burbuja" que se genera, pues los jóvenes no conocen otro tipo de realidad salvo la que viven en sus establecimientos.

De la misma manera en que se realiza esa elección, existe la creencia generalizada de que "mientras más pagues, debería haber una mayor calidad", que es lo que ocurre cuando se piensa en la educación como si fuera un bien. Más allá de si esta creencia es verdadera o falsa, hay que notar el vacío que queda. ¿Qué es lo que pasa si no tienes dinero para educar a tus hijos?

Aquí entra la educación municipal. En general, la educación pública chilena recibe a los niños que pertenecen a las clases más bajas, aquellos que no fueron aceptados en otros colegios particulares subvencionados o particulares pagados, entre otros. En otras palabras, recibe las migajas que le da el Estado (subvención) para educar a aquellos que no tienen la oportunidad de estar en un colegio que se pague.

Esta práctica está fundamentada por el sistema capitalista. Se supone que los oferentes deben ofrecer sus productos para aquellos que puedan pagar por los mismos. El Estado, en tanto, debe encargarse de aquellos que no puedan pagar para brindarles una alternativa. Esto es lo que ocurre con la educación. Acá en Chile, la educación pública no es una prioridad, sino la alternativa para aquellos que no pueden entrar a un colegio pagado. Lo ideal sería que tú no tuvieras que estar en un colegio municipal.

2.3 Educación Pública de excelencia: Los liceos emblemáticos

Dentro de los establecimientos municipales, existen los llamados "liceos emblemáticos", que son el ideal y la elite de educación pública. Estos colegios seleccionan a sus alumnos desde 7º Básico o 1º Medio a través de pruebas de aptitudes más que de conocimientos, su misión es justamente brindarle una oportunidad a sus alumnos por sus méritos académicos, sin importar su condición socioeconómica, su lugar de residencia, religión o cualquier otro motivo que pudiera ser excluyente.

Los principales liceos emblemáticos son: el Instituto Nacional (mi colegio), Liceo José Victorino Lastarria, Liceo de Aplicación, Internado Nacional Barros Arana, Liceo Manuel Barros Borgoño, el Liceo Arturo Alessandri, por nombrar los principales en el caso de los varones; y el Liceo Nº 1 Javiera Carrera, el Liceo Carmela Carvajal de Prat, el Liceo Nº 7 de Providencia y el Liceo Tajamar, para el caso de las mujeres. Existen otros liceos de notoriedad como el Liceo República de Siria en Ñuñoa, o el Benjamín Vicuña Mackenna en La Florida, pero no son tan ampliamente reconocidos como los ya mencionados. No es que se trate de los únicos colegios municipales buenos, pero sí son los más reconocidos y emblemáticos. Como se ubican en las comunas de Santiago y Providencia, acude gente de todos los estratos socioeconómicos, religiones y comunas.

Ya otro día comentaré las bondades de la educación pública y del Instituto Nacional en alguna entradita de blog, no obstante, para ponerles un caso representativo, en una misma sala de clase podían convivir en paz y armonía gente que vivía en una parcela y tenía piscina en su patio, con gente que vivía con el salario mínimo; la misma sala podía ser compartida por gente atea, evangélica y católica sin problemas, y más de alguna vez tuve que cruzar toda la ciudad para hacer un trabajo en grupo porque todos vivimos lejos.

Instituto Nacional General José Miguel Carrera
Vista del Instituto Nacional

En este tipo de colegios, los privilegios (y/o desigualdades) quedan en la puerta, una vez dentro todos nos tratamos como iguales, valorando la diversidad y nuestras propias diferencias de pensamiento y realidad.

3. Los tipos de educación que se imparten

3.1 Educación Parvularia (pre-escolar)


En el caso de la educación parvularia, el Estado chileno tiene la obligación de garantizar el acceso a este tipo de educación; ya sea con escuelas municipales, particulares subvencionadas y jardínes pertenecientes a la JUNJI (Junta Nacional de Jardínes Infantiles). Los particulares también pueden ofrecer este tipo de educación, llegando a cobrar incluso tanto como un colegio particular.

De todos modos, la educación parvularia no es obligatoria. Los padres deciden si quieren mandar a sus hijos a estudiar.

3.2 Educación Básica (primaria)

En Chile, la educación básica tiene 8 niveles. El primer nivel (1º Básico) engloba a niños que tienen entre 6 y 7 años; mientras que 8º Básico concentra gente entre 13 y 14 años. Las asignaturas que suelen enseñarse son: matemáticas (álgebra + geometría + aritmética, todo en uno); lenguaje y comunicación; ciencias naturales (biología + física + química, todo en uno), historia, idioma extranjero (inglés preferentemente), artes visuales, artes musicales, educación tecnológica (que es más bien una mixtura entre ecología y manualidades), educación física (gimnasia, deportes) y, dependiendo del caso, también existe una asignatura de religión (católica preferentemente).

Cada año, el Ministerio de Educación realiza una prueba estandarizada llamada SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Educación) que se rinde en todo el país en 4º Básico y 8º Básico. Esta prueba mide contenidos en las asignaturas de matemáticas, lenguaje y comunicación, ciencias naturales e historia. Una vez que se procesan los resultados, se hace un ranking con todos los colegios donde se puede ver el promedio de puntajes que obtuvieron en cada prueba.

Si bien es cierto que el SIMCE sirve como referencia para saber cuál es el nivel de logros que ha alcanzado un colegio en relación con la malla curricular del Ministerio de Educación, lo cierto es que esconde una serie de círculos viciosos que bien vale la pena nombrar, desnudar y, ojalá, solucionar.

El primer "vacío legal" de la prueba SIMCE es que, como mide contenidos, es una prueba que se puede preparar. La mayor parte de los colegios que sacan buenos puntajes en el SIMCE, preparan a sus alumnos para responder bien en este tipo de pruebas -que, a todo esto, son preguntas de selección múltiple o alternativas-. Otro asunto importante es lo que ocurre con los alumnos de bajo rendimiento, el sistema motiva para que los colegios rindan cuenta a través de los puntajes, por lo que gran parte de los colegios pagados expulsa a los alumnos problemáticos en materia de conducta y rendimiento ... adivinen adónde terminan estos alumnos. ¡Muy bien! En los colegios municipales.

El problema de la educación pública chilena -tal como lo dije antes- no es tan sólo la falta de recursos y el estigma de ser un deber cumplido de mala gana más que una prioridad, sino que también es una suerte de reformatorio. Acá llegan todos los alumnos problemáticos, donde los profesores deben luchar contra todo (y contra todos) para poder hacer que estos alumnos logren rendir de buena manera y no perjudiquen a los alumnos que sí quieren estudiar. Entenderán ustedes que pedirle a estos colegios el mismo puntaje SIMCE que a un colegio de clase alta es algo contraproducente.

3.3 Educación Media

La educación media tiene 4 niveles, desde 1º a 4º Medio, donde los estudiantes egresan con 17 o 18 años. Existen dos tipos de establecimientos secundarios, aquellos que son científicos-humanistas (y que probablemente seguirán el camino a la universidad), y los que son técnicos-profesionales donde probablemente continuarán sus estudios en centros de formación técnica.

Las asignaturas de los liceos científicos-humanistas son: matemáticas (álgebra + geometría + aritmética, todo en uno); lenguaje y comunicación, biología, física, química, ciencias sociales, idioma extranjero (inglés preferentemente, pueden incluirse francés o alemán en algunos colegios), artes visuales, artes musicales, educación tecnológica (hasta 2º medio), filosofía (desde 3º medio), educación física y religión en caso de que el colegio tenga asignatura de religión.

Al igual que en la educación básica, el Ministerio de Educación realiza una prueba estandarizada llamada SIMCE en 2º Medio que mide los contenidos logrados por los alumnos para ese nivel. Cabe destacar que se repite la lógica de los resultados de los demás SIMCEs, los colegios particulares pagados con mayores mensualidades son los que logran los mejores resultados, en conjunto con los liceos emblemáticos de la educación pública.

3.4 Horarios de trabajo y algunas costumbres

Pensaba abordar este tema en otra entrada y, de hecho, lo haré con mayor profundidad. No obstante, creo que es conveniente contarles a grandes rasgos cómo es que se trabaja en las escuelas chilenas.

La educación municipal y la particular subvencionada suelen tener entre 38 y 45 alumnos por sala (acá encontramos que es mucho, pero todo sea por hacer que sea rentable) y existen dos opciones de jornadas: Jornada Escolar Completa (JEC) que está implementada en casi todo el país y corresponde a niños estudiando desde 08.00 hasta las 16.00 o 17.00. Y la Media Jornada que es la que se usa normalmente en los liceos emblemáticos y corresponde a dos turnos: uno de mañana que corresponde desde las 08.00 hasta las 14.00 y otro de tarde desde las 14.00 a las 20.00

¿Por qué se hizo la JEC? Básicamente para que los padres -que ya no estaban en la casa, sino que en el trabajo- pudieran estar tranquilos al tener a sus hijos dentro del colegio, evitando que se metieran en problemas. La medida tiene harto de sentido común pero poco aprovechamiento, pues como la lógica es sacar los mejores puntajes en matemáticas y lenguajes para así ser un colegio reconocido, comprenderán que incluso a las 15.00 se están haciendo estas asignaturas.

La JEC, lejos de constituir un beneficio, es más bien un problema. Los niños terminan cansadísimos después de estar la mitad del día dentro del colegio, haciendo que los mismos -al llegar a sus casas- se dediquen a no hacer nada y no estudiar por su cuenta. Los padres, a su vez, pasan menos tiempo con sus hijos -ya sea por la JEC o el trabajo- y la convivencia familiar se hace más pobre.

En cuanto a la forma de trabajo, ha de ser como en casi todos los países de Latinoamérica. El profesor llega a la sala, escribe en una pizarra y dirige la clase mientras que los alumnos hacen lo que el profesor les dice. Si al profesor no le nace formar el espíritu crítico en sus alumnos, los alumnos no lo tendrán, pues en la mayoría de los colegios se los ve como entes pasivos.

Nótese que la lógica de (la mayoría de) los colegios no es la formación integral de los jóvenes, tampoco es precisamente la entrega de valores, sino que se trata simplemente de formar a los alumnos para rendir bien en una serie de pruebas que pueden determinar qué tan bien le irá en la vida al joven estudiante. El SIMCE mide colegios y no entrega resultados individuales, pero la PSU (Prueba de Selección Universitaria) sí mide a las personas y, no sólo eso, también decide quiénes entran a las universidades y a qué universidades puedes entrar. (Si quiere ver cómo hice mi elección y entré a estudiar Licenciatura en Historia, puede ver la entrada de blog correspondiente).

Mañana (o cuando pueda) hago la Parte 2, que explica cómo funciona el sistema universitario chileno, el proceso de admisión (PSU), entre otras cosas más. Si alguien tiene algo que agregar o alguna consulta, estaré gustoso de contestar.

Ariel Cruz Pizarro



2 comentarios:

PCM dijo...

A grandes rasgos coincido con algunos de tus planteamientos, muy bueno el análisis que haces, estoy seguro que muchos estudiantes chilenos no tienen idea como se estructura la educación en Chile.

Donde si haré unos reparos que no comparto es primero en referencia al lucro. La educación es un bien jurídico al igual que la vida y todos los derechos constitucionales, y son transables en dinero de muchas formas, en el caso de la vida a través de los seguros e indemnización por daños, con la salud pasa lo mismo, detrás de cada procedimiento hay un costo, un arancel, un plan, un bono, etc. En el caso del medioambiente, están lo que hoy en día se conocen como los bonosde carbono y algo más arcaico como los derechos de agua que son comerciales.

Respecto a la educación existe la idea de que todo lo Estatal es bueno, y no es tan así en la medida que el actual sistema económico neoliberal no es algo propio de Chile, no es casualidad que la mayor parte del mundo lo haya adoptado, pero desde luego no es motivo para decir que funciona perfecto. Al contrario, la Crisis Financiera de la zona Euro es una muestra contundente de que el sistema económico requiere cambios urgentes y globales.

En ese mismo contexto, y volviendo al punto de la Educación como un "bien", no existe problema de que por medio exista un lucro razonable que vaya de la mano con buenos sueldos a los docentes, funcionarios y una infraestructura de primer nivel. Al fin y al cabo, todas las personas después de estudiar perseguimos el lucro buscando trabajar en lugares donde nos paguen "sueldos de mercado".

Veo que los cambios a nivel escolar y universatario deben apuntar a igualar la calidad de educación de todos los estratos sociales destrabando el tema de la municipalización permitiendo la fusión de corporaciones de educacion de derecho público o privado (aunque a muchos les parezca privatizar la educación ello no debe significar un costo para las personas) donde el Estado asuma su rol de asegurar educación gratuita pero de calidad (cosa que hoy no ocurre).

Y para cerrar la idea del lucro, es legítimo, pero necesariamente debe regularse y prácticamente reducirse a una tasa mínima operacional el tema de los créditos, especialmente en la educación superior donde el financiamiento está expuesto a tasas muy altas tasas, y yo me la jugaría por potenciar la educación en ciertas áreas en que Chile necesita técnicos o profesionales, ofreciendo gratuidad de los aranceles en ciertas carreras postulando con buenos puntajes.

Es difícil ser breve para comentar algo tan complejo como la educación, me quedan muchas otras ideas en el tintero, pero hay que tener claro que cualquier cambio en esta materia es imposible de apreciarlo de un día a otro, hay que esperar un cambio generacional, tal vez siguiendo la idea de algunas ONG como educación 2020.

Ariel Cruz Pizarro dijo...

Pablo, te me estás adelantando a lo que plantearé en la Parte 3 donde comentaré qué es lo que me gustaría que fuera la educación chilena, pero de todos modos está bien.

Es cierto que la educación es un bien jurídico transable, pero una cosa es que lo sea y otra muy distinta es que la gente lo asuma y lo tome como tal, sin considerar que también la educación es un derecho amparado por instituciones como UNICEF y otros.

Concuerdo contigo en esto: "No existe problema de que por medio exista un lucro razonable que vaya de la mano con buenos sueldos a los docentes, funcionarios y una infraestructura de primer nivel. Al fin y al cabo, todas las personas después de estudiar perseguimos el lucro buscando trabajar en lugares donde nos paguen "sueldos de mercado"".

Es cierto, debería ser un lucro razonable, pero una cosa es eso (llamémosle un "lucro ético") y otra cosa es crear colegios como si se crearan empresas, con la sola finalidad de ganar (mucho) dinero sin preocuparse de los profesores, los alumnos, etc... que son cosas que pasan.

Al punto al que voy, saliéndome de la respuesta y entrando más en lo que es la esencia de la entrada, es que el Estado debiese tener una mayor participación en la educación pública, no relegarla al último lugar, sino que tenerla como prioridad, fomentar que la gente se eduque de esta manera. Y claro, no todo lo Estatal es necesariamente bueno (bien lo sabemos), sin embargo, no creo que sea mejor que con las municipalidades, ya las municipalidades han demostrado en numerosas ocasiones que no les gusta y no les conviene tener colegios públicos.

En fin, la parte 2 aborda el tema universitario y la 3 lo que me gustaría que fuese Chile en esta materia. Un saludo, Pablo! Muchas gracias por darte el tiempo de leer y comentar :D

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