martes, julio 3

Me da igual

Estos días los pasé de tocar el cielo con las manos, a aterrizar y chocar con mis propios miedos. Hoy no me siento bien, hoy me resbala lo que hagan o digan las demás personas, estoy como un robot mecanizado, sin sentimientos. Todo me da igual, si puedo herir y molestar por el solo hecho de desquitarme con alguien, lo voy a hacer. Pero, ¿desquitarme de qué? Si no has hecho nada. Por cierto, tú también, hoy me das igual.

En la mañana pensaba y lo entendí todo, ya van varias noches en que desearía llorar y no puedo, a pesar de lo evidente y poco disimulado que puedo ser, no entiendes el mar de sentimientos que hay debajo de esta piel. No te culpo, por mí ojalá que nadie supiera las cosas que siento ni las que pienso, por mí que no supieran cómo las reprimo de forma salvaje y sistemática para salvaguardar mi estabilidad emocional. 

Entendí que estuve celebrando, el brote de una semilla a la superficie, casi como si Chile le hubiese ganado por goleada a Brasil allá en el Maracaná. Me sentí en las nubes, de verdad que tienes poderosos e insospechados efectos en mi felicidad. He intentado borrar eso, he intentado destruir ese sentimiento, he intentado detener esos impulsos, pero no me duran más que unos días, me nace hacer cosas contigo, me nace mostrarte lo que soy, es odioso, particularmente odioso, como tú no más puedes saber tantas estúpidas cosas sobre mí. Mi cabeza debería odiarte, pero hasta ella te aplaude, odio mi posición.

Me volví ansioso, pero no puedes hacer crecer un árbol a punta de gritos desesperados. "Crece, crece, crece"... el mundo no es como 31 minutos. 


Los árboles, y cualquier planta en general, crece con cuidados, con el agua justa y necesaria para su crecimiento. Puedo sentirme feliz porque el brote nació, pero ahora toca la parte más difícil, hacer que crezca sano, que crezca fuerte, que crezca vigoroso, que se convierta en un gran árbol, que sea algo bonito de lo que me pueda sentir contento. Ya he intentado matar tantas veces el brote que dejaste en mi piel, y la mierda de planta nunca se muere, eres como una especie de adicción, solo que ahora me das igual, ahora es el momento de dejarte, de huir, de escapar, pero no quiero.

Me da igual ya lo que pienses, lo que sientas, lo que creas, lo que no pienses, lo que no sientas, lo que no creas. Me es indiferente, pero absolutamente indiferente, aunque dudo que me vaya a ser indiferente si sales con esa sonrisa traviesa que te gastas y me haces cagar de risa (¿es que tienes que darme siempre en mis puntos débiles?). Yo estaré ahí, intentaré estar con la mejor cara de todas, porque de hecho, soy feliz estando contigo, estaré ahí, y si en algún momento llegas a explotar y deseas saber qué es la mierda que siento, te diré, te diré lo que me pasa, lo que creo y lo que voy a hacer con respecto a eso. Por mientras, que el silencio hable por nosotros.

Por cierto, olviden lo anterior, me da igual esta wea de escrito también.


2 comentarios:

Electra Acqua dijo...

Es un buen desahogo.
Lástima que al final, sólo muera en el silencio.

Un beso.

Ariel Cruz Pizarro dijo...

Gracias Valeria, saludos :)!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...